miércoles, 22 de febrero de 2012

VITAL AGENDA GLOBAL (Parte uno)



Por Dario Botero..

En la Historia, la lógica de las relaciones sociales ha sido la del desequilibrio rastrero, deliberado y constante, basado en la división de la  población en clases sociales, una de las cuales subyuga a las demás mediante la violencia física e ideológica ejercida sobre el individuo desde que nace.

El período que podría seguir tras la fenecida Historia, si somos capaces de gestarlo y consolidarlo, habrá de basarse en la igualdad esencial de todos los seres humanos, tanto como en el respeto a la dignidad de la Vida y al planeta que la alberga, de modo que la noción de “clase social” perderá cualquier fundamento.

El gobierno de la Sociedad Democrática Global que materializará estas conquistas, será definido por todos los que deseen participar con el fin de establecer normas claras y precisas, de validez mundial tanto como local, que nos amparen a todos sin discriminaciones de ningún tipo. 

La guía de la convivencia no será la Violencia sino la concertación pacífica de las reglas del juego entre iguales que se respetan.

Tales acuerdos colectivos habrán de garantizar la plena realización de la singular individualidad de cada uno. Paradójicamente, serán la expresión concreta del reconocimiento por ley de esa igualdad esencial que le reconoce al individuo único y diferente el derecho a ser él.  

Se trata de un derecho innato, de cada uno y para todos, pero pisoteado constantemente durante la Historia, cuyas sociedades dominantes siempre han sido jerárquicas y autocráticas, de modo que se esmeraron por robarles su identidad a los miembros de las clases subyugadas mientras exaltaban la grandeza de los potentados hasta el punto de tratarlos como a dioses a pesar de su evidente condición humana. 

En consecuencia, si somos capaces de trascender la funesta Historia para  establecer un período antropológico caracterizado por el respeto a la dignidad de cada ser y al milagro de la Vida que le ha dado su existencia, cada uno podrá desarrollar sus talentos libremente, disponiendo de lo necesario y sin subordinársele a nadie, contradiciendo la vil Historia que, acudiendo a la violencia, ha desconocido y atropellado persistentemente la dignidad de las mayorías en beneficio de los peores ejemplares de la especie.

Se trata de auténticos cánceres para la Vida y la Madre Tierra que estamos obligados a vencer y marginar del poder, recuperando la disposición de la riqueza social para todos los seres humanos en vez de permitir que los Rotschild y similares las monopolicen a costa de la miseria de las mayorías, que suelen morir de hambre sin que los banqueros se conmuevan o, siquiera, se den por enterados.

Para superar esta cruel realidad, la nueva sociedad será plana u horizontal, en vez de jerárquica o piramidal, como  las dominantes en la Historia y que, actualmente, nos amenazan con el Apocalipsis que frustraría los anhelos de futuro digno que anhelan las mayorías.

Por tanto, el cambio institucional tanto como el de los valores aceptados para la convivencia y la dirección de la propia Vida, y otros más, serán radicales, buscando que la Vida sea amable y digna de vivirse, en medio de un planeta diverso y protegido por nosotros en vez de seguir convirtiéndolo en un basurero estéril e invivible, como hace el consumismo a un ritmo infernal e insostenible. 

Pero semejante cambio sólo lo puede lograr la Humanidad concertada y consciente, dispuesta a develar todas las mentiras y castigar a los mentirosos que les han amargado la existencia a las mayorías, trocándoles sus vidas en tormento.  

O sea, cada ser consciente puede apoyar la causa común para que su triunfo esté asegurado, frustrando las intenciones de masones y sionistas por apurar el Armagedón.  Este propósito lo están desarrollando aceleradamente, a la plena vista,  mientras los Rotschild se apoderan de todo, incluidos los países soberanos que habrán de reaccionar, como le toca a Grecia, España, Portugal, Irlanda y tantos más.  

Como nadie es más que nadie, el número que apoye cada causa cuenta y determinará cuál triunfará: la de los potentados degenerados interesados en diezmarnos y destruir los hábitat, o la de la Vida apoyada por cada individuo que haya conquistado su libertad mental y su independencia crítica.

Cada uno resuelve si se integra a esa Humanidad consciente, pues el asunto lo resuelven, conviene insistir para despejar dudas: 

a) la cantidad de personas, proveniente del 99% despojado y condenado por los potentados, que resuelvan luchar por su destino, y cuya victoria será posible una vez se alcance la masa crítica necesaria, 


b) los potentados criminales que nos han condenado al Fin del Mundo, y que, a la vista de todos, están afanados por, y dedicados a, destruir la biosfera, condenar los pueblos a la miseria con el pretexto de pagar la deuda externa, y  desatar la tercera guerra mundial que les garantizaría su triunfo. 

¡Esa es la cuestión!  Por eso no es indiferente para ningún individuo; y tú eres uno, aunque no te lo creas.


1/5.    Orígenes, tergiversaciones, agresiones y despojos

1.1    Mitos y hechos

La existencia de la Vida en la Tierra es un asunto polémico, atado a la divinidad y al cosmos, pero que bien puede explicarse como un proceso evolutivo que permite la aparición de especies según el desarrollo del medio en el que se encuentran. Esto es, a medida que las condiciones físico-químicas, magnéticas  y energéticas van siendo apropiadas para que surjan y se desarrollen determinadas formas de Vida, cada vez más complejas, éstas no han dejado de surgir y pelechar.

La última hipótesis parece la más plausible, pues es la única que aporta pruebas objetivas mediante la biología comparada de los restos hallados en las excavaciones arqueológicas. Por ende, es sensato postular su validez real tanto como su superioridad intelectual respecto a las teorías metafísicas, pues sus hipótesis están sujetas a la demostración, de modo que pueden cambiar si la realidad no las corrobora.  

En cambio, los dogmas religiosos e ideológicos son intocables y justifican, a los ojos del creyente, el desprecio y hasta la eliminación de quien no los comparte, de modo que se convierten en razones de enfrentamiento irreductibles  e incuestionables.

Óptimamente, es hasta posible que los mitos creacionales de las diferentes religiones o de las ideologías totalitarias encuentren en la explicación científica una manera de coincidir en su apreciación de la realidad, aunque el dogmatismo se oponga.  

Afortunadamente, todos -excepto los sicópatas que nos han subyugado- tenemos cerebro evolucionado, sensibilidad y capacidad de reflexión, de modo que podemos identificar y rechazar el error conceptual de cualquier teoría o planteamiento, si juzgamos con honestidad y sin prejuicios, intentando hallar la Verdad que nos hará libres y que se enriquece con cada punto de vista que la exprese honradamente, aunque nunca podrá suplantar la realidad objetiva ni dar cuenta plena de ella.

En consecuencia, es adecuado admitir que quizás entre los creyentes haya quienes entiendan que la fe es un asunto personal y cultural sujeto a toda clase de arbitrariedades y ajeno a la razón, de modo que no se puede aducir como recurso para negar lo evidente, desconociendo la dignidad del hereje o del contradictor tanto como su derecho a ser libre y a pensar y actuar como tal.

No obstante, los dogmas, generalmente presentados como la voluntad divina, o la profecía materialista del gran científico social, o la inspiración sagrada de un caudillo iluminado, gozan de mucho respaldo entre los fanáticos de ideologías inhumanas que desprecian la Vida.  

Semejantes seres se consideran dueños del Universo, pues, como sostienen los sionistas inspirados por los masones, Dios lo habría hecho para ellos, según  lo dice la Biblia. O, para otras ideologías, como la nazi, el determinismo histórico los señalaría como los auténticos dueños del destino común. 

En consecuencia, con base en sus dogmas, al menos los fanáticos religiosos que han dominado a occidente están decididos a cumplir el destino que nos han postulado los herederos de Abraham encabezados por los arrogantes sionistas instigados por los masones: precipitar el Fin del Mundo.

Semejantes delirios, tan pueriles, desmesurados e irracionales, no merecerían considerarse, a no ser porque su amenaza es real y tangible, como lo vemos con las agresiones de las multinacionales depredadoras contra la biosfera, la Vida y la  Humanidad. Igualmente los constatamos con la condena a la miseria de los pueblos para que les paguen a los banqueros lo que se han robado los funcionarios.  El mismo propósito genocida lo denota el esfuerzo para desatar la guerra mundial, que, a los ojos de Benjamín Netanyahu, encuentra en Corea del Norte y en Irán la justificación para su crimen apocalíptico de estirpe sionista. 

Es que estos apocalípticos hacen todo lo posible por destruir las condiciones geológicas, energéticas y bióticas que le han otorgado al planeta el equilibrio suficiente para sustentar formas de Vida que llamamos superiores y hasta inteligentes, como la especie humana, la canina o la de los cetáceos, y cuya conservación depende de que ese frágil equilibrio ecológico se mantenga.

Incidentalmente, entre estas formas superiores de Vida se hallan los sabios y útiles “perros de la pradera”, que los depredadores de USA consideraban una peste y asesinaban por montones, desoyendo las advertencias sobre la fragilidad de la pradera expresadas por el gran jefe Sioux, inquieto particularmente por la sobrevivencia de los bisontes, a quien los hechos le han dado la razón aunque las bestias consumistas siguen depredando, lo cual demuestra que su verdadero propósito es causar y acelerar la destrucción, disfrazándola de ambición por riquezas, de destino manifiesto o de voluntad divina.  

En consecuencia, las ansias de enriquecimiento no pasan de ser pretextos para causar la envidia de los simples, mientras quienes los gobiernan profundizan la destrucción ocultando su crimen, camuflándolo como el universal anhelo de riqueza, pues a las mayorías corrompidas por el mercantilismo la codicia las enceguece, convirtiéndolas en cómplices de su suicidio y del exterminio del resto; y ni caen en cuenta de que las actividades desarrolladas por los potentados pueden frustrar sus pequeñas y viles ambiciones.

1.2    Farsantes sicópatas

Independientemente de la ideología nazi, falangista, fascista, liberal, imperialista, teocrática, agnóstica, cientifista, comunista, socialista, o lo que sea que prediquen los caudillos impostores para engañar a los pueblos que subyugan mientras negocian con el patrimonio público y las riquezas naturales, los sionistas se han apoderado del monopolio financiero mundial y, de contera, de todas las empresas estratégicas y de los recursos naturales, aprovechando la ruindad de la inmensa mayoría de los políticos y los gobernantes, pues todos tienden a corromperse, como lo señaló acertadamente lord Acton desde el s. XIX, de modo que es hora de entenderlo y denunciarlo para evitarlo. 

Ignorarlo constituye un error mortal que nos impedirá vencer a los caudillos y demás individuos con complejos de grandeza, para alcanzar la Sociedad Democrática Global que nos reconoce a todos igual dignidad.

En consecuencia, la inhumación de las sociedades jerárquicas es imprescindible si aspiramos a vivir con dignidad en la sociedad plana que las remplace.  

Esta sería, hay que repetirlo, la Sociedad Democrática Global que nos corresponde concertar mundialmente para derrotar el Nuevo Orden Mundial de los potentados, que tan avanzado llevan y están desesperados por consolidar, como lo demuestra la lamentable situación de la otrora orgullosa Europa, ahora víctima de una moneda común y de unas políticas imperialistas representadas por Angela Merkel y su peón francés, Nicolás Sarkozy, que les roba la soberanía a los países, sometiéndolos a la dictadura de los banqueros ladrones encabezados por el sionismo.

Simultáneamente, los potentados causan la degradación acelerada de la Vida mediante la destrucción de la biosfera con sus consecuentes envenenamientos de las aguas, los aires y los suelos y la extinción de especies vegetales y animales. 

El resultado social para los humanos es la creciente miseria de los pueblos y el paralelo “enriquecimiento” relativo de los vendepatrias que, a cambio de papeles basura (las divisas con valor negativo) y visas USA, les ceden las riquezas naturales a las multinacionales depredadoras, como las mineras, las madereras, las pesqueras, las constructoras de grandes represas y demás infraestructura letal...

También están apurados por desatar la guerra mundial, que impediría que paguen sus crímenes mientras reduciría el exceso poblacional.  Éste lo postulan los maltusianos, desde el s. XIX, como el gran problema de la Humanidad, pues su incapacidad -que suponen nos aqueja a los demás, porque ”el ladrón juzga por su condición”- les impide concebir soluciones capaces de respetar y fomentar la Vida.  

1.3    Despojo del conocimiento

Con sus demenciales actuaciones pretenden impedir que la Humanidad disfrute del alto nivel de desarrollo técnico científico alcanzado, pero que las grandes corporaciones nos quieren robar con el embeleco de la “propiedad intelectual”.  

Con esta artificial noción despojan a los creadores de sus obras, pues los “derechos de autor” no les merecen tanto respeto como la “propiedad intelectual”, una noción eminentemente jurídica, cocinada para justificar las inmensas fortunas de los enemigos comunes, que serían demostrativas de su falaz grandeza, según su ruin opinión de zánganos estériles con complejos de dioses y actitudes de demonios.

La razón para sus abusos es que carecen de capacidad creativa real porque son monstruos amorales, estériles para lo digno pero expertos en estafas, saqueos,  violencias, leguleyadas e imposturas que les permiten apropiarse de las posesiones, las creaciones y los descubrimientos ajenos con absoluto cinismo, pues saben que las autoridades venales los protegen, y hasta honrados los consideran mientras persiguen como ladrones a los verdaderos creadores y propietarios.

De esta manera impiden que los aportes humanos fluyan libremente a fin de que todo el que lo desee los use en su beneficio personal, enriqueciéndolos para beneficio y complacencia de la gente decente y solidaria.  

Mediante las “patentes”, que legalizan la artificial y abusiva “propiedad intelectual”,  nos despojan a las mayorías, incluidos los autores, de los aportes de los genios que tienen el talento suficiente para enriquecer el bagaje común. 

Así pasa con medicinas esenciales que hace rato cumplieron sus ciclos destinados a retribuir al creador, de modo que ya deberían ser patrimonio común de la Humanidad, capaz de librarla de flagelos como el Sida y tantas más enfermedades tropicales (o de pobres).


2/5.    Perversidad ecocida

2.1    Ideologías y prácticas letales

A los enemigos comunes cada vez les queda más difícil justificar la guerra, a medida que el falso patriotismo -con el que inducen a los jóvenes e ingenuos soldaditos a convertirse en asesinos de inocentes en territorio lejanos, corriendo el riesgo de perder la vida, como el hijo de Cindy Sheehan que murió para que los petroleros aumentasen sus saqueos, según se lo espetó la señora madre a George W. Bush- queda desenmascarado como simple codicia y maldad de los potentados que, inexplicablemente desde un punto de vista racional, no desisten de causar el holocausto.

Además, al menos mientras no los persiga la justicia por sus crímenes abominables que pronto habrán de pagar, la destrucción deliberada de la biosfera la quieren presentar como una actividad económica legítima y provechosa para las víctimas. 

Se esmeran por hallarle alguna ventaja para los pueblos despojados y condenados a la miseria, mientras buscan ocultar que su verdadera y única virtud es que les permitirá a las transnacionales superar durante un par de períodos la crisis económica. Elevarán transitoriamente su producción anual apropiándose de las riquezas naturales no renovables a cambio de divisas sin valor pero altamente apreciadas por los vendepatrias miserables. 

Quieren seguir robándose los minerales de la Tierra, arrasando con los bosques y los suelos, y asesinando animales de todas las especies, cuando no es que las extinguen por completo envenenando las aguas y destruyendo los nichos ecológicos.  

Cometen sus atropellos imperdonables a cambio de divisas sin valor que Ben Bernanke imprime a discreción de sus amos Rotschild, y que los cipayos se esmeran por atraer, calificándolas de “inversión extranjera” cuando es evidente que no pasan de ser saqueos de los que deberían avergonzarse si tuviesen siquiera una gota de dignidad.  

De tal manera causan no sólo  la depredación del territorio sino la ruina de los exportadores por exceso de divisas, lo cual las deprecia conllevando que, al cambiarlas por moneda nacional, obtienen cada vez menos.  
Por tanto, la consecuente ruina de las neocolonias del Neoliberalismo será inevitable y ya es inminente.  Sólo la pueden evitar los hombres libres que resuelvan rescatar su dignidad y reclamar la soberanía de las naciones, que ningún individuo tiene derecho a pisotear aunque evidentemente es lo que están haciendo los banqueros ladrones a través de sus lacayos de los organismos internacionales tanto como de los gobernantes cipayos que aplican las recetas neoliberales que les imponen.

Mientras los recursos naturales no se agoten, los países que los poseen también disfrutarán de una pasajera bonanza que les permitirá a los cipayos halagar a quienes despojan, evitando que protesten por el mal irremediable que les están causando y que hacen pasar como “progreso”.  

Cuando los pueblos descubran el engaño, los engañadores ya habrán partido y el desastre será irreparable, de modo que la miseria será absoluta, como sucede en la agobiada Haití. 

Si quieren oro, que compren el que ya hay extraído en vez de justificar como santa codicia la perversa determinación de arrasar la biosfera buscando extinguir la Vida para complacencia de Yahvé.

Lamentablemente -en vista de que la Humanidad cada vez entiende más el grave desafío para la conservación de la Vida que significan las actividades extractivas-, buscando impedir que los pueblos se opongan a la hecatombe programada por los potentados, los degenerados sicópatas ecocidas, ladrones, inescrupulosos y asesinos que posan de dirigentes políticos y sociales, en vez de combatir y desacreditar a las multinacionales como enemigas de la democracia o del imperio, están aliados con ellas, de modo que no las cuestionan sino que apoyan sus actividades letales, presentándolas como progreso, y reprimen a quienes las denuncian y combaten.

Pero no son sólo los lacayos tradicionales de la derecha quienes actúan como enemigos de los pueblos. 
Por desgracia, como expresión natural de las sociedades jerárquicas que subyugan a las mayorías, también existen vendepatrias -presuntamente de izquierda y supuestos enemigos del capitalismo aunque cultores del consumismo y la  autocracia, y hasta comprometidos con el genocidio formidable que nos han decretado los masones- que posan de independientes o hasta de combatientes intransigentes e irreductibles de las trasnacionales, pero no dejan de servirles aunque las insulten públicamente. 

Por su lado, los potentados entienden que lo importante es poder adelantar los saqueos, de modo que cualquier ideología que lo facilite es válida, así les falte al respeto y los califique de bandidos, sobre todo después de las denuncias de Julian Assange, que los han desenmascarado como pestes embaucadoras, desalmadas, ambiciosas y asesinas. 

Inclusive, ese supuesto repudio al imperialismo de los cipayos de izquierda sirve para adormecer las conciencias de los oprimidos, lo cual es más difícil cuando quienes gobiernan son siervos declarados del Imperio, como Laurita Chinchilla, en Costa Rica, quien no ha podido adelantar la destrucción de sus hábitat con tanto desparpajo como Evo Morales u Ollanta Humala pero, mientras trata de causar un conflicto con Nicaragua, está dispuesta a admitir todo lo que le ordenen sus jefes de USAID, como la facilitación de los puertos de su país para que la flota imperialista usana tenga donde atracar sus bombarderos.  

Sigue el fracasado libreto imperialista aplicado por Álvaro Uribe Vélez, el perverso dictador que, orientado por la caricatura criolla de Goebbels, el todavía impune José Obdulio Gaviria Vélez, nos agobió en Colombia durante ocho aterradores años.  Y aspira a seguir haciéndolo aunque sus funcionarios le huyen a la justicia porque sus delitos, como los de su jefe chalán, son inocultables a pesar de la demagogia de Uribe que pretende presentarlos como perseguidos políticos cuando son meros ladrones, desalmados, farsantes y asesinos. 

Por fortuna, sus otrora socios criminales -extraditados a USA después de que la Corte Suprema de Justicia impidió que se tomasen el poder, según lo habían pactado con Uribe cuando resolvieron llevarlo a la presidencia mediante los votos cautivos de la mafia-, ahora lo están desenmascarando. 

Y el chalán no tiene forma de evitarlo, por mucha neolengua que gaste, por mucho que mienta y oculte la verdad, y por mucho que se esmere en descalificarlos cuando sus denuncias lo afectan, aunque no deja de apoyarlas cuando lo favorecen o favorecen a sus compinches, cual es el caso del siquiatra que dirigió el proceso de impunidad concertado con los narcotraficantes de la derecha y los paramilitares que los protegían.

2.2    Pragmatismo económico político

No obstante, hay que repetirlo, los halcones ya no exigen que los vendepatria hagan profesiones de fe pro imperialista, como las del abyecto Álvaro Uribe Vélez. Les basta con que les autoricen los saqueos. 

No les importa que los insulten sino que no les aumenten el porcentaje de regalías; que los impuestos que les cobren sean los mínimos posibles; que les construyan la infraestructura necesaria para adelantar el saqueo; que los protejan de  la población autóctona condenada a la hambruna y a la pérdida de su ambiente, y que no les impidan la exportación de los recursos saqueados, generalmente subregistrados.

Al efecto, debido a que les queda imposible seguir ocultando sus agresiones a la naturaleza con sus aterradores consecuencias, han resuelto emplear sus medios de manipulación de masas (mass media) para hacerles creer a las poblaciones afectadas que es posible desarrollar una minería sustentable, y que la destrucción de la capa vegetal en inmensas extensiones, mediante la minería a cielo abierto, es una bendición de Dios.  Al menos lo sería para los sionistas que ven fácil adelantar su misión apocalíptica dinamitando las tierras y envenenando aguas y aire.  

Consideran que “percibido es más real que real”, como lo postula la perceptología, de modo que confían que con publicidad podrán evitar que la gente entienda la extensión del desastre minero, entre otros programados para todos los países que se dejen.  

Del mismo tenor distractor es el escándalo por el “calentamiento global”, que sería un mal menor ante los problemas de destrucción deliberada de la biosfera.  

De hecho -a pesar de la campaña adelantada por la multinacionales que financian al desviacionista Al Gore con su “Verdad Incómoda” y hasta el Nobel de Paz le otorgaron para que repercutieran sus tesis en las molleras de los ingenuos-, el calentamiento global es altamente dependiente de eventos cósmicos, como los ciclos solares.  De ninguna manera es debido exclusiva ni principalmente a la actividad humana o a la  digestiva de los rumiantes, como nos quieren hacer creer para desviar la atención de los verdaderos problemas.

En consecuencia, el denunciado calentamiento es insignificante y hasta fácil de remediar, comparado con la destrucción deliberada de los nichos de Vida a través del Mundo entero.  

Tal destrucción deliberada, con mucha más razón que el coco del calentamiento, es la verdadera causa del acelerado “cambio climático” y de los crecientes desastres ambientales.  

Éstos, que están destruyendo aceleradamente la biosfera, son independientes del calentamiento o del enfriamiento globales que le achacan a los “gases con efecto invernadero” producidos por los rumiantes que expelen metano, o por los choferes de vehículos movidos mediante necro combustibles que expelen dióxido de carbono y otros venenos cuyas consecuencias sobre la salud le achacan convenientemente al hábito de fumar tabaco, negando que éste es otro de esos regalos de la madre Naturaleza que sus hijos desnaturalizados desean estigmatizar, como a la coca o a la marihuana.

Tan criminal propósito apocalíptico -que los pueblos son los únicos que podrían y están obligados a frustrar- ha llevado a los cipayos, autorizados por sus amos potentados que siguen reacios a aumentar el irrisorio porcentaje de regalías para los países saqueados, a distribuir entre más regiones de las patrias el monto de las regalías que deje el saqueo, como lo ha hecho la servil Colombia al aprobar una ley en ese sentido. 

Confían en que el dinero todo lo compra, de modo que no dudan de que lograrán corromper a las víctimas de la depredación o, al menos, a sus “líderes” venales, consiguiendo que los pueblos admitan ser despojados a cambio de divisas sin valor.  

Pero los pueblos parece que no están dispuestos a tolerarlo, a juzgar por las reacciones de las poblaciones autóctonas contra las amenazas al medio ambiente.  

Así lo ilustra el caso de Evo Morales en Bolivia, quien tuvo que renunciar a construir una carretera atravesando la Amazonía por el TIPNIS.  Pero no desiste de su compromiso con las multinacionales, de modo que ha resuelto comprar conciencias para aprobar mediante un plebiscito lo que toda la Humanidad decente desaprueba, pues se trata de asuntos que nos afectan a todos, de modo que no pueden resolverlos exclusivamente unos cocaleros comprados y divorciados de la Pachamama.

Un caso parecido es el de Ollanta Humala en el Perú, reculando tácticamente ante la reacción gallarda del pueblo pero sin desistir en entregarles a las multinacionales mineras (canadienses en su mayoría) la destrucción de la agrícola y ganadera Cajamarca con la consecuente desaparición de sus acuíferos, envenenados con mercurio, azufre y arsénico, mientras los campos serían destruidos a causa de las explotaciones auríferas a cielo abierto.  

Ojalá el gobierno cubano también reflexionase antes de destruir su litoral en beneficio de las odiadas multinacionales petroleras, patéticas expresiones de la agonía del sistema jerárquico y consumista que estamos obligados a superar lo más pronto posible. 

Debe entender que el turismo le garantiza una fuente confiable, sana y permanente de recursos y de empleo, que desaparecerá definitivamente si se adelantan las exploraciones y explotaciones submarinas que les autorizó a la española Repsol y a otras depredadoras trasnacionales petroleras más.

Mientras tanto, es meritoria la reacción de los indígenas panameños, similar a la previa de bolivianos y peruanos, contra la destrucción de las selvas para extraer sus riquezas o para construir represas que afectan hasta el equilibrio electromagnético de la Tierra.

Son ejemplares al oponerse al lacayismo de Ricardo Martinelli, incondicional aliado de las multinacionales e, incidentalmente, ficha de Álvaro Uribe Vélez resuelta a facilitarles a los funcionarios de la dictadura furibista su evasión de la justicia que les ha ido formulando graves cargos penales, propios de bandidos narcotraficantes y vendepatrias pero que el cínico y todavía impune ex dictador pretende presentar como persecución política del actual gobierno, que fue elegido con los mismos votos cautivos de los mafiosos que le permitieron al chalán de Salgar prolongar su dictadura durante dos períodos presidenciales.  

Pretende que olvidemos que el gobierno que lo sucedió está encabezado por Juan Manuel Santos Calderón, quien fue su ministro de defensa, promotor de los crímenes más escandalosos del aterrador período, como los “falsos positivos”, denominación dada en Colombia al asesinato aleve de ciudadanos desplazados, desempleados, engañados e indefensos, para hacerlos pasar como guerrilleros caídos en combate contra el ejército, a fin de que la “confianza inversionista” se fortalezca.  

Del mismo tenor falaz son las llamadas “cohesión social” y “seguridad democrática”, que completan los tres huevitos de Uribe, el gran farsante que admiran los culebreros paisas y algunos cipayos de la región latinoamericana interesados en ganarse los favores del sionismo y de su gran colonia americana.

2.3    Destrozos irreparables

Es fundamental entender que la depredación de la Naturaleza es irreparable en términos humanos. Ningún dinero puede regenerarla, como quedó suficientemente claro con el derrame de petróleo promovido y prolongado por la BP en el golfo de México en 2010, contando con la complicidad del títere Barak Obama.  Es algo absolutamente claro por lo menos desde la catástrofe del Exxon Valdez en Alaska, hace varias décadas.

Esta tragedia ambiental es de vieja data pero se ha visto agravada cada vez más con calamidades cotidianas, como la ruptura de oleoductos que contaminan las aguas potables, tan preciosas y cada vez más escasas por la perversidad consumista. O las catástrofes marinas de los grandes petroleros, como el que encalló en la gran barrera de coral del Pacífico; o hasta de trasatlánticos de lujo, como el Concordia en Italia.  

Peor de desastroso, por su enorme duración y sus aterradores efectos sobre la salud, es la contaminación radiactiva causada por los reactores de Fukushima en 2011, o por los de Chernobyl en 1986.  

Pero para la Vida son letales no sólo las explotaciones mineras y energéticas sino cualquiera de las agresiones silenciosas que están acabando aceleradamente con la biosfera por todas partes y que tenemos la obligación de detener y, hasta donde sea posible, de revertir.

2.4    Avances apocalípticos

Lamentablemente, en todos los países dirigidos por lacayos se cuecen habas, como lo ilustra la lista de anexos dispersos sobre los atentados en curso contra Pachamama, que apenas son una muestra regional de la agresiones simultáneas, por todo el Mundo, capaces de destruir la biosfera en unos cuantos días. 

Impedirlo exige soluciones radicales e imaginativas -absolutamente diferentes a las medidas implantadas durante la vigencia de la Historia- por cuenta de los pueblos y contra cualquier pretensión de liderazgo, así se trate de sicópatas inéditos, aparentemente mansos, sensibles e inteligentes.  El problema es común y nos corresponde a todos resolverlo.

Pero los potentados están convencidos de que los pueblos son tan estúpidos y amantes del dinero como los degenerados que los subyugan. 

Por tanto, consideran que no dudarán en aceptar la pérdida irreparable de su medio ambiente, que les ha garantizado la subsistencia durante cientos de años, para obtener unas divisas que no valen nada y que pronto nadie estará dispuesto a aceptar como equivalente de riqueza.

Como carecen de ética y todo lo convierten en mercancías o en dinero basándose en una  moral acomodaticia y mortal, consideran que los pueblos adolecen de la misma miseria, de modo que no dudan que lograrán acallarlos con dólares y euros sin valor, aunque es claro que la actividad depredadora escasamente garantiza ingresos durante unos pocos años para postrar a sus víctimas en una miseria eterna una vez se agoten los recursos saqueados. 

Y eso no les gusta a los pueblos aunque sea un estímulo adicional para quienes los traicionan. Éstos todo lo tasan en dinero, de modo que se consideran superiores porque son hábiles para obtenerlo mediante maniobras indignas que la gente decente detesta. 

Su megalomanía la corroboran humillando a los supuestos inferiores que carecen del estiércol del demonio, lo cual demostraría que son unos fracasados, según piensan los descerebrados incapaces de crear pero hábiles para acumular dinero, destruir la biosfera y envilecer a la especie.

Desde luego, si se salen con las suyas avanzarán bastante en sus planes de extinción, pues al reducir las tierras cultivables tanto como las que protegen y fomentan la conservación de la Vida, no sólo envenenan las aguas, los suelos y la atmósfera, con la consecuente y constante desaparición de especies, sino que la hambruna decretada para las mayorías será cada vez más general, profunda e irreversible.  

Los daños serán definitivos y afectarán vitalmente a los descendientes tanto como a los presentes, en caso de que los potentados no culminen de una vez por todas la extinción de la especie humana, los cual es la gran obsesión y la histórica misión de los sionistas y de quienes les siguen sus pasos. 

La ventaja es que, de lograrlo, no habría descendientes de los depredadores innatos; a saber, de los sicópatas que han dominado en la Historia.  De ser así,  las demás formas de vida que lograsen sobrevivir podrían esmerarse por perpetuarse en armonía, una vez libradas de sus peores enemigos.  No obstante, mientras nos eliminan a los demás, existe el temor de que se refugien en sus bunker o en las estaciones espaciales, mientras culminan la destrucción que podría afectarlos a ellos también, si se exponen.

En cuanto a los humanos, no debemos olvidar que los sionistas posan de dueños del Mundo porque sus titiriteros, los masones, prefieren mantener un perfil bien bajo posando de ecuánimes redentores mientras la Humanidad se extingue dejando el terreno despejado para eventuales extraterrestres, supuestamente interesados en apropiarse de nuestro planeta desde hace miles de años...

Algunas culturas primitivas califican de dioses a dichos seres, y, en caso de que sobrevivan, sus miembros esperan su imperial regreso, totalmente resignados a su propia suerte de siervos de personajes tan desalmados como los potentados depredadores.


domingo, 15 de enero de 2012

EL MONTE: ESCUELA PARA EL HOMBRE NUEVO


Capitulo V (Mi campaña con el Che), Por Inti Peredo


Los problemas provocados por la deserción del Partido en el instante que  más precisábamos de él no fue obstáculo para que nuestro grupo guerrillero  elevara su moral y realizara trabajos preparatorios que tenían carácter educativo. 

El Che estimaba que el hombre, cuando esta  metido en el monte,  proscribe los hábitos de la ciudad, no sólo por la dureza con que se desarrolla la  lucha y falta de contacto con algunas formas culturales o de «civilización». La  vestimenta andrajosa, la falta de higiene personal, la comida escasa y a veces  primitiva, muchas veces la carencia de utensilios domésticos, obliga al guerrillero  a adoptar ciertas actitudes semi-salvajes.  

Che combatía con energía esta conducta y orientaba el trabajo para  estimular un espíritu constructivo y creador del guerrillero, la preocupación por la  ropa, las mochilas, los libros y todo lo que constituía nuestros «bienes materiales». Por eso dirigió con  cariño las «obras públicas» del segundo  campamento, ubicado a unos ocho kilómetros de la Casa de Calamina. 

Rápidamente se construyeron bancos, un horno para el pan, que estaba a cargo de Apolinar, y otro tipo de «comodidades». Regularmente ordenaba lo que él bautizó como «guardia vieja»: una limpieza a fondo de todo el campamento. 

Algunos periodistas y críticos de nuestra guerra han considerado que ese campamento era la base de operaciones  estables. Es una apreciación falsa. 

Ramón nunca pensó quedarse ahí definitivamente. Todo el trabajo realizado, con excepción de las cuevas estratégicas, tuvo el carácter ya descrito: para que Revista Almiar el hombre estuviera en permanente actividad y no perdiera sus costumbres adquiridas.  


Primera escuela de «cuadros»

Allí surgió también lo que podría denominarse la primera «escuela de cuadros». Todos los días de 4 a 6 de la tarde los compañeros más instruidos, encabezados por el Che, daban clases de gramática y aritmética, en tres niveles, historia y geografía de Bolivia y temas de cultura general, además de clases de lengua quechua. En la noche, a los que  deseaban asistir voluntariamente (las clases de la tarde eran obligatorias), Che les enseñaba francés. Otro tema al que le daba primerísima importancia era el estudio de la Economía Política.

Después de estos incidentes en  que Marcos fue sustituido de la vanguardia, mantuvo una conducta de absoluta disciplina, y se empeñó por ser el mejor de todos. Incluso se destacaba  por cargar, en condiciones cada vez más difíciles, la mochila más pesada, y además de su fusil Garand, una ametralladora 30. Marcos y Pacho  murieron combatiendo heroicamente, convirtiéndose en hombres ejemplares y queridos. El otro hecho penoso fue la muerte de Benjamín, un joven boliviano de físico muy débil; sin embargo tenía un carácter fuerte, una posición ideológica muy desarrollada, y una decisión inquebrantable de defender con su vida nuestros ideales. 

Che quería mucho a Benjamín, y en los meses que permaneció con nosotros, siempre lo estimuló a seguir adelante. 

En el Río Grande Benjamín caminaba muy agotado y tenía dificultades con su mochila. Cuando  marchábamos por una faralla hizo un movimiento brusco y cayó al río que iba muy crecido, y con fuerte corriente. No tuvo fuerzas para dar unas cuantas brazadas. Corrimos a salvarlo e incluso Rolando se tiró al agua y buceó tratando  de rescatarlo. No lo pudimos ubicar. Estos problemas hicieron impacto en  nosotros. 

Fue allí cuando afloró nuevamente el genio del Che quien nos dio lecciones de solidaridad, disciplina y moral.

El 22 tuvimos un breve choque  con el ejército. En la mañana habíamos sorprendido al chofer de una  camioneta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) que estaban examinando nuestras huellas acompañado por un campesino que habla delatado nuestra presencia. Los apresamos. Enseguida nos emboscamos para detener otros vehículos y golpear al ejército si se acercaba hasta nuestras posiciones. Sólo logramos conseguir alguna mercancía y plátano de un camión  que cayó más tarde. A las 8 de la noche, cuando estábamos listos para partir, se sintió un breve tiroteo. Era Ricardo que sorprendió a un grupo de soldados y a un guía que llegaban a un firme para enseguida caer sobre nosotros. 

No supimos si habíamos ocasionado bajas al enemigo. En esa oportunidad se nos perdió el Loro Vázquez. 

Nuestros hombres estaban emboscados y Rolando había dado orden de abandonar las posiciones a las 18.30 horas. Después de ese plazo, le esperaron un largo rato pero no apareció. Días más tarde la radio anunció que había sido capturado herido. Luego difundió su «fuga» del hospital de Camiri. Algunos periodistas han divulgado la idea de que el Che lo envió en una misión solitaria. Esto es absolutamente falso. 

Nunca supimos qué había pasado con él. El mismo Ramón explica en su Diario que el saldo es «negativo» entre otros factores, por la «pérdida (aunque espero que transitoria) de un hombre...». Antecedentes que hemos recogido con el tiempo nos permiten conocer, sin embargo, que Loro murió como un valiente. Herido, fue bestialmente torturado por los esbirros del presidente Barrientos. Como no le pudieron sacar ni una sola confesión que nos delatara, se lo llevaron en un helicóptero y lo tiraron vivo, en medio de la selva. Lorito fue un hombre valiente, audaz, leal. Fue uno de los cuatro que trabajó incansablemente en la preparación previa al foco.


El subteniente Laredo tenía un diario de campaña y una carta de su mujer que nos causó tremenda sorpresa. 

En el diario en la fecha mercada de 1º de mayo se refería a los trabajadores  como holgazanes y otros adjetivos despectivos. En cuanto a su tropa hablaba de la falta de moral combativa, mencionando a soldados que lloraban cuando se enteraban de la presencia cercana de los guerrilleros. La carta de la esposa se refería a la preocupación que ella tenía por Laredo. Pero luego hacía un agregado en el que más o menos decía lo siguiente: «Nuestra amiga te  pide que nos traigas  una cabellera de guerrillero y yo te pido lo mismo para adornar el living de la casa».





Este episodio nos hace recordar los tristes y siniestros días del nazismo y la profunda brecha que existía entre la conducta o el ánimo del ejército respecto a los guerrilleros, que contrastaba con el trato digno y humano que nosotros dimos a los prisioneros. 

La carta y el diario causaron conmoción y repudio entre nosotros. El respeto del Che por la persona humana, independientemente de la conducta que ésta observara, se puso  de manifiesto una vez más al decidir esperar una oportunidad adecuada para devolver el diario del teniente Laredo a la madre de éste, puesto que el oficial enemigo así lo hacía constar, como un deseo expreso, si llegaba a morir en combate o era capturado por nosotros. El diario de Laredo permaneció en la mochila del Che hasta la emboscada de Yuro el 8 de octubre. 

El segundo combate del mes de mayo fue el día 30. Habíamos llegado hasta la línea del ferrocarril a Santa Cruz buscando el Michuri, siempre con el pensamiento puesto sobre Joaquín que, al parecer, se había movido hacia el norte. En un camino petrolero Che dejó una emboscada mientras se realizaba una exploración en un jeep que se había requisado a YPFB. A las tres de la tarde se produjo el choque. 

Al día siguiente se produjo un acontecimiento espectacular. Paulino nos informó que los tres «comerciantes» no eran tales, sino espías que enviaba el ejército para realizar labores  de inteligencia. La valiosa información de Paulino, que a su vez la había recibido de su novia, otra muchacha del poblado, nos permitió detenerlos. 

Fue una colaboración sumamente importante que nos mostraba las ricas perspectivas que existen cuando el contacto con los campesinos es prolongado. Paulino continuó posteriormente con  nosotros y fue enviado a Cochabamba llevando algunos mensajes, los que no llegaron a su destino porque el ejército detuvo al muchacho. En ese mismo lugar Che trabajó como  dentista y se sacó el cariñoso apodo de Fernando Sacamuelas. 

Nuevamente empezamos a buscar Río Grande y posteriormente la desembocadura del Rosita para llegar a Samaipata, donde pudiera estar Joaquín, ya que Che le había comunicado que ésta era una zona probable de operaciones. Sorpresivamente el día 10 una escuadra nuestra compuesta por Coco, Ñato, Pacho y Aniceto tuvo un choque con el ejército. El acontecimiento se desarrolló así: los cuatro compañeros llevaban la misión de llegar a la casa de un campesino para buscar alimentos e  información, cuando se encontraron inesperadamente con los soldados que avanzaban por las márgenes contrarias del río. Inmediatamente se intercambió un tiroteo nutrido con un inmenso gasto de parque por parte de los nuestros. Posteriormente se retiraron Ñato y Aniceto y luego lo hicieron Coco y  Pacho. No tuvimos noticias de bajas en las filas 
enemigas hasta que dos días después los noticiarios radiales anunciaban que habíamos muerto a un soldado y herido a otro. 

Aunque no habíamos sufrido ninguna baja, el ejército, en sus partes oficiales, anunciaba mi muerte y la de  otros dos compañeros no identificados. 

Ésta era una simple maniobra de carácter sicológico para disminuir en parte el impacto de nuestros golpes, el efecto desastroso para ellos que estaba causando en la opinión pública. Por eso, mientras nosotros llegamos de nuevo al Río Grande y luego al Rosita en busca de nuestra retaguardia con la cual habíamos perdido contacto desde hacía casi tres meses, el ejército desviaba una parte de sus recursos a las tareas represivas en las minas. Aunque no nos informamos por las emisoras bolivianas, que estaban censuradas, una radio argentina dio la noticia de la masacre de San Juan en las minas de Siglo XX, con un saldo de 87 víctimas. En esta forma, el gobierno lacayo del gorila Barrientos pretendía acallar el clamor de las peticiones obreras y los signos evidentes de apoyo de este sector hacia nuestra  lucha. Esta acción demostraba, indudablemente, la debilidad del régimen. Nosotros adquiríamos más conciencia de que un grupo pequeño de hombres de vanguardia es capaz de destruir los cimientos de una sociedad corrompida en un tiempo infinitamente menor que todo el esfuerzo que emplean los politiqueros en conciliaciones, componendas y reformas sin importancia que frustran finalmente al pueblo. En esta ocasión el Che hizo un llamado a los mineros (el comunicado Nº 5)
 instándoles a unirse a la lucha guerrillera y explicando las verdaderas tácticas de lucha que debe adoptar el pueblo; ese manifiesto fue conocido sólo después de su muerte. 


Pombo, que estaba herido, sintió la muerte de Tuma como si fuera el familiar más querido. Se habían prácticamente criado juntos, combatiendo juntos en la guerra de liberación de Cuba,  habían participado juntos en el Congo y ahora la muerte los separaba en Piray.

Esa misma tarde se tomaron prisioneros a dos nuevos espías, uno de ellos oficial de carabineros; luego de advertirles cuáles eran las normas de la guerra y de amenazarlos con una sanción severa si se les volvía a sorprender en esa actitud, fueron dejados en libertad, pero en calzoncillos. Por una mala interpretación de una orden del Che en el sentido de que fueran despojados de todo lo que servía, se les quitó la ropa. Cuando el Che conoció esta acción se indignó, llamó a los compañeros que la  habían realizado y les dijo que a los seres humanos había que tratarlos con dignidad, que no se les debía ocasionar humillaciones ni vejaciones gratuitas. A su lado el cadáver de Tuma.





martes, 3 de enero de 2012

DESENTRAÑANDO A COLOMBIA, CONFESIONES DE UN EX PARAMILITAR












Por Patricia Simón y Sheila Vélez

Fotos Javier Bauluz

Actualizado por Johan Doncel




Capítulo 1

Por el estado de abandono de sus salas, nadie sospecharía que el edificio en el que nos encontramos fue en su día la residencia del narcotraficante más poderoso del mundo y que llegó a convertirse en senador suplente del parlamento colombiano: Pablo Escobar. El Edificio Mónaco, una construcción de ocho plantas, situado estratégicamente para tener una visión completa del Valle del Aburrá, que acoge a la ciudad de Medellín, desde donde se vislumbran las chabolas donde viven miles de desplazados que tuvieron que abandonar sus tierras y hogares en el interior del país para salvar sus vidas de la criminal voracidad de los grupos armados del país.

El edificio, más parecido a un búnker que al palacete que las excéntricas historias sobre el narcotraficante harían esperar, ha sido aprovechado por el Estado colombiano para reconvertirlo en la sede administrativa de la Fiscalía del departamento de Antioquia, cuya capital, Medellín, es la segunda ciudad más importante por población y economía del país después de Bogotá. Entre paredes desconchadas y mesas de oficina que han vivido sucesivos traslados, trabajan unos setenta empleados públicos que entre otras tareas, gestionan la puesta en práctica de la Ley Justicia y Paz con la que ,según el entonces gobierno de Álvaro Uribe, buscaba acabar con el fenómeno del paramilitarismo y la reparación de las víctimas. Una de las personas que se ha beneficiado de esta ley ha sido Manuel Adam Ramírez, apodado “Mocho”, un paramilitar desmovilizado, término aplicado para aquellos militares que colaboran con la justicia para el esclarecimiento de los crímenes y a cambio reciben disminución en las penas, en los pocos casos en los que son condenados a prisión, y ayuda económica. Manuel colabora ahora con la Fiscalía localizando fosas de desaparecidos por los paramilitares.

Desentrañar Colombia comienza con Confesiones de un ex paramilitar, una serie de tres capítulos en la que conoceremos el fenómeno paramilitar en Colombia a raíz del testimonio de Manuel Adam Ramírez y de reportajes escritos.



Un paramilitar desmovilizado busca fosas asesinadas por él y su grupo junto a un puesto paramilitar en zona controlada por las FARC en Antioquia. Acompaña a miembros de la Fiscalía para beneficiarse del proceso Justicia y Paz.

La verdad extraditada: el fenómeno paramilitar en Colombia

El  25 de Mayo, Álvaro Uribe se reunía con la Corte Suprema de Justicia para discutir lo que en palabras del ex Presidente es “una cuestión de Estado y de orden público, no sólo de justicia”.

La reunión, a petición del Gobierno, tenía como objetivo cuestionar la negativa del alto tribunal –calificada de dañina- de avalar la extradición de “Diego Vecina”, “El Alemán” y “Don Mario”, antiguos jefes paramilitares reclamados por Estados Unidos por narcotráfico y financiación al terrorismo. Para el tribunal, los jefes paramilitares acusados de cometer delitos de lesa humanidad, deben comparecer primero ante las autoridades nacionales y reparar a las víctimas de sus crímenes.

En Marzo de 2009, Miguel Mejías, alias el “Mellizo” y Ever Veloza, alias “HH”, jefes de las autodefensas “Bloque Bananeros” y “Bloque Calima”, se sumaban a la lista de 14 jefes paramilitares extraditados a Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico en Mayo de 2008. Entre los extraditados de los llamados “escuadrones de la muerte” se hallaban importantes líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) como Salvatore Mancuso, alias “Triple Cero”; Carlos Mario Jiménez, alias “Macaco”; o Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”; responsables de masacres contra la población civil, desplazamientos forzados, torturas y desapariciones forzadas. Mientras que el ex presidente Uribe siempre ha mantenido que “nada impedirá a los ciudadanos extraditados que sigan confesando crímenes y entregando bienes”, lo cierto es que esta práctica dilata y obstruye las investigaciones y complica el fin de un proceso de desmovilización que ha permitido el hallazgo de más de 1.300 cadáveres en fosas comunes y el establecimiento de nexos entre paramilitares, políticos, empresarios y militares.

La extradición de los jefes de las Autodefensas representa el mayor obstáculo al que se enfrenta el proceso de “Justicia y Paz” con el que se busca la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de los grupos paramilitares. Los datos son esclarecedores: desde su extradición hace dos años, tan sólo seis jefes han continuado su proceso judicial en Justicia y Paz.

Este proceso, amparado bajo la Ley 975 de 2005 impulsada por el Ejecutivo, ofreció un respaldo legal a las negociaciones alcanzadas en el Acuerdo de Santa Fe de Ralito de 2003 entre el Gobierno de Uribe y las Autodefensas Unidas de Colombia, cuyo fin era el de lograr la desmovilización de estos grupos armados al margen de la ley. Esta ley fue criticada por las organizaciones de víctimas y familiares de éstas, así como por las Naciones Unidas, por las bajas condenas a los paramilitares y por no requerir una confesión total sino lo que se ha llamado “versiones libres”, o declaraciones parciales, que según este organismo dificulta el desmantelamiento del fenómeno y la reparación de las víctimas.

Algunas de estas “versiones libres” ofrecidas por los líderes paramilitares han sido relevantes para el esclarecimiento de numerosos crímenes cometidos por los bloques de autodefensa. Las “versiones libres” prestadas por uno de los principales jefes de las AUC, Salvatore Mancuso, fueron cruciales para la apertura el 7 de Diciembre de 2006 del “expediente madre” de parapolítica, el cual contiene testimonios que relacionan a congresistas, gobernadores, alcaldes, diputados y otros funcionarios públicos con los grupos paramilitares. Entre los señalados por Mancuso se encuentran el actual presidente Uribe, a quien afirma haber apoyado durante su campaña presidencial en 2002 y el presidente actual Juan Manuel Santos, quien según el ex jefe paramilitar, le propuso crear un grupo paramilitar en Bogotá.




Miembros de la Fiscalía acompañados por más de cien soldados acompañaron a un paramilitar a localizar fosas en zona controlada por las FARC en Antioquia.

La legalización de un nuevo concepto de seguridad privada

Podríamos situar los orígenes de las Autodefensas en la doctrina de contrainsurgencia lanzada en los años 1960 por el Presidente norteamericano J. F. Kennedy, destinada a combatir en América Latina cualquier amenaza revolucionaria de inspiración cubana. Por aquel entonces, en 1966 nacían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como una asociación armada de campesinos cuyo fin era oponer resistencia a la violenta represión de los escuadrones de la muerte conservadores durante el gobierno de Laureano Gómez. Las bases legales de la participación de civiles en actividades de contrainsurgencia las pondrá el presidente Guillermo León Valencia, quien mediante el Decreto 3398 de 1965, legaliza temporalmente el suministro de armas a civiles por parte del Ministerio de Defensa. Dicho decreto se convertiría en permanente bajo el gobierno de Carlos Lleras, quien en 1968 promulga la Ley 48 que facultaba la creación de patrullas civiles y el suministro de “armas de uso privativo de las fuerzas armadas”. Pese a que la Corte Suprema declaró esta ley inconstitucional en 1989, estos grupos de autodefensa siguieron gozando de un apoyo generalizado por parte de políticos y de las Fuerzas Armadas de Colombia.

Pronto, estos grupos paramilitares evolucionaron desde una estrategia de contrainsurgencia inicial a una lucha por intereses de mayor rango, estableciendo nexos de unión con narcotraficantes, élites regionales, terratenientes, grandes empresarios, multinacionales y políticos locales, opositores férreos a toda posible negociación y redistribución de tierras y poder con insurgentes y liberales. Su objetivo por tanto no se limitaba a protegerse de las FARC sino a eliminar toda persona que confrontara sus intereses, incluyendo congresistas, alcaldes, jueces, periodistas, sindicalistas, maestros y defensores de derechos humanos.

Durante el gobierno de César Gaviria, el movimiento paramilitar recibe un importante impulso. En febrero de 1994, se adopta la ley 356 que autoriza la formación de organizaciones armadas destinadas a actividades de vigilancia e inteligencia, llamadas Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada, CONVIVIR. Este proyecto de “seguridad privada” fue promovido por el entonces gobernador del departamento de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez.

Será a finales de los años 1990 cuando los grupos armados de autodefensa comiencen a adoptar una estructura y organización común. La centralización política y militar se logró mediante la creación de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) a finales de 1994 y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en abril de 1997, como una federación de varios grupos regionales de contrainsurgencia. En estos años (1998 y 1999) se intensificaron los ataques contra la población civil siendo las regiones más afectadas Santander, Chocó, Sucre, Antioquia y los valles de Magdalena Medio y el Cauca. Sus actividades, como el mismo jefe de AUC, Carlos Castaño reconoció, eran financiadas por los “principales agentes económicos de las regiones” donde operaban.

Analizando el fenómeno paramilitar en el conflicto colombiano observamos que corresponde a un modelo de “seguridad privada” sobre el que el Estado delega su función coercitiva y en el que todos los ciudadanos han de ser partícipes en la lucha contra el “enemigo común”. Existe un discurso elaborado en el que se sustenta las bases del modelo de Seguridad Nacional lanzado por el ex Presidente Uribe, y que entra en perfecta consonancia con la historia de estos grupos armados al margen de la ley. La legítima defensa justifica su presencia y convierte la seguridad en una cuestión que compromete a la población en su totalidad.

La “Política de Seguridad Democrática”

Las Cooperativas de seguridad y vigilancia -CONVIVIR- creadas en 1994 con el apoyo del anterior presidente, fueron un experimento de lo que hoy es su “Política de Seguridad Democrática” cuya prioridad esencial es la lucha contra los insurgentes y el narcotráfico. Para este fin, su programa combina un incremento de efectivos militares y policiales, con la erradicación de cultivos ilícitos, la concesión de poderes policiales a los militares, y lo que configura los ejes de la participación de la sociedad en actividades de contrainsurgencia: la organización de milicias campesinas y el establecimiento de más de un millón de colaboradores e informantes civiles. Este proyecto traza así una fina línea divisoria entre combatientes y población civil.

La Administración Uribe logró incrementar la seguridad en las carreteras con el apoyo de EE UU, mediante un gran despliegue militar y un presupuesto para Defensa que triplica el de Educación y es el mayor de América Latina. Uribe habia sacado a la insurgencia de los centros urbanos importantes y de los alrededores de las principales vías, pero el conflicto se desplaza a zonas rurales. La guerrilla empieza a recuperar posiciones y tiene presencia en 24 de los 32 departamentos. El presidente Juan Manuel Santos por entonces había anunciado que continuará con este proyecto de seguridad. Pero tiene un borrón: era ministro de Defensa cuando saltó el escándalo de los «falsos positivos», la ejecución extrajudicial de al menos 1.800 jóvenes fálsamente presentados por el ejército como “guerrilleros muertos en combate”. El mismo ex Presidente Uribe, tras conocer la investigación interna del Ministerio de Defensa sobre este hecho, declaró: “Yo he pedido resultados, no crímenes.”

Éste proyecto encaminado al logro de resultados contra “el enemigo” ha contribuido a un flagrante aumento de violaciones de derechos humanos en el país. Las “chuzadas”, espionaje y amenazas al que la ex agencia estatal de seguridad, el DAS, ha sometido a periodistas, líderes sociales y defensores de derechos humanos ha sido el último escándalo. Colombia, pese a su “Política de Seguridad Democrática” sigue estando entre lo países con más desplazados internos del mundo, junto a Irak y Sudán, con más tres millones en lo que va de conflicto interno y más de 350.000 refugiados en otros países. En cuanto a las cifras sobre asesinatos de defensores de derechos humanos son inexactas, puesto que no todos pueden vincularse con esta actividad pero sólo la última semana de mayo de 2010, dos de ellos fueron asesinados según las Naciones Unidas. El número de desaparecidos forzosos en Colombia en los últimos tres años asciende a más de 38.000 personas que serían víctimas de la violencia de los paramilitares, de los agentes estatales y de la guerrilla, según un informe del Instituto de Medicina Legal.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

FIN DEL MUNDO O SOCIEDAD PLANA (SIONISMO)


Por Darío Botero Pérez

“Dichosos somos nosotros, oh Israel;
porque sabemos las cosas que son del agrado de Dios”
(Baruch, cap. 4, ver. 4)
“La gente difícilmente entiende que no entiende”
Nicolás Gómez Dávila


Pasado abominable

Es consistente la estrategia del sionismo para causar el Fin del Mundo que les impuso Yahvé como su gran obra a los judíos herederos del impostor Jacob, padre inmediato del presunto “pueblo elegido” destinado para tan escatológica, inhumana e intolerable misión.

O, más bien, se las impusieron los masones, interesados en mantener su preeminencia anónima mientras ponen a los arribistas ex nómadas a destruir la biosfera y a asesinar a los díscolos autónomos que creen en otras cosas o no creen en nada. 

Éstos “ateos” son poco obedientes pero lúcidos. Se guían por la ética en vez de por morales caprichosas que descalifican a quienes no las comparten. No se consideran superiores ni inferiores a nadie sino individuos soberanos, responsables de sus propias vidas y respetuosos de las ajenas. Aplican la idea de que “la libertad es el derecho de hacer lo que no aporte perjuicios a los otros”, según aserto de Ezra Pound citado por Camilo Jiménez en el periódico editado en Medellín, Universo Centro No. 29.

En cuanto a los sionistas, su insistencia en cumplir su elevada misión, que sería premiada con la “tierra prometida”, se rastrea desde los inicios de las religiones derivadas de Abraham, en particular la atribuida a Ismael, el hijo de la egipcia Agar (el islamismo); y la que fundó el tramposo Jacob (el sionismo o judaísmo) quien cambió su nombre por el de Israel, convirtiendo a su pueblo en la peor y más persistente calamidad para la Humanidad. 

El cristianismo -que sería la tercera religión monoteísta atribuible a los mismos orígenes ideológico-teológicos-, aunque sus jerarcas insistan en mantener su control mental de los creyentes con miras al enfrentamiento entre culturas, prácticamente ha superado algunas connotaciones fundamentalistas que siguen aquejando a las otras dos. A saber, al islamismo extremista que acude al terror contra su mismo pueblo y se siente con derecho a obligar a los herejes a que abracen su fe o mueran; y al sionismo fundamentalista que sigue apegado a su misión apocalíptica y está convencido de que llegó la hora de cumplirla extinguiendo a los gentiles. 

En cambio, el mensaje de Jesús sigue siendo revolucionario, aunque los que explotan al prójimo que cree en él prefieran destacar su sacrificio en la cruz, e insistir en que fue un dios que se hizo hombre, haciéndose matar para redimirnos de nuestros pecados. 

Evidentemente, este loable propósito redentor no pudo lograrlo. Y eso que, según nuestra arrogancia, el crucificado era nada menos que la tercera persona de la divinidad, el “hijo del Padre” (en vez de  nuestro hermano como hijos todos del mismo padre, que fue lo que enseñó el Maestro). 

Tal tergiversación de la acción de Jesús, que deja a dios como un incapaz frente a la maldad humana (que ni siquiera el sacrificio del hijo de dios logró vencer), la resolvieron e impusieron los “padres de la iglesia” siglos después, cuando la institución se convirtió en un arma de dominación ideológica al servicio del imperio romano, tanto como en un medio de subsistencia holgada y privilegiada para los ministros religiosos. 

Con esos fines protervos, les tocó distorsionar y subestimar todo el contenido doctrinario de las predicaciones de Jesús, que son su verdadero aporte porque sirven de guía para defendernos de los enemigos comunes como hijos de dios iguales a cualquier otro.

Sabían de su sentido altamente revolucionario, pues es capaz de dotarnos a todos de ideas de igualdad, dignidad y respeto que descalifican cualquier régimen jerárquico tanto como a cualquier megalómano convencido de su falsa superioridad.  Ese es su gran valor universal, el mismo que la “teología de la liberación” se ha esmerado en rescatar en beneficio común y que el beato Wojtyla y los demás papas rechazan con fervor de súbditos incondicionales de los dueños del Mundo.

En consecuencia, despojándonos de tanto orgullo -que nos ha llevado a postular que dios fue impotente para salvarnos con su sacrificio; y eso que era nada menos que dios, lo cual, evidentemente, nos vuelve superiores a él, al menos en terquedad-, debemos acudir a los consejos de Jesús más que a las distorsiones interesadas de su naturaleza humana, tan equilibrada que le permitió alcanzar una condición divina, como otros grandes maestros que se han esmerado por guiar a la Humanidad por sendas de paz, igualdad, tolerancia, respeto y convivencia armónica con la Naturaleza.

Inclusive, se trata de predicadores con ideas y leyendas semejantes, según lo resume Fernando Vallejo en su libro “La puta de Babilonia”. Vale la pena rescatarlo para ilustración de quienes no lo hayan leído y hasta como invitación para que lo lean.  Antes, no sobra advertir que Vallejo considera muy dudosa la existencia histórica del Cristo, lo cual es relativamente intrascendente al considerar el valor universal y civilizador de sus enseñanzas.  Veamos la página 101 de la edición de Planeta:

“Cristo es un engendro fraguado por Roma, centro del imperio y del mundo helenizado, a partir del año 100, juntando rasgos tomados de los mitos de Atis de Frigia, Dionisio de Grecia, Buda de Nepal, Krishna de la India, Osiris y su hijo Orus de Egipto, Zoroastro y Mitra de Persia y toda una serie de dioses y redentores del género humano que lo precedieron en siglos y aun en milenios y que el mundo mediterráneo conoció a raíz de la conquista de Persia y la India por Alejandro Magno... Cristo nació el 25 de diciembre de una Virgen, y en la misma fecha, que es el solsticio de invierno, nacieron Atis, de la Virgen Nana; Buda, de la Virgen Maya; Krishna, de la Virgen Devaki; Horus, de la Virgen Isis, en un pesebre y en una cueva.  También Mitra nació el 25 de diciembre, de una virgen, en una cueva y lo visitaron pastores que le trajeron regalos.  Y de una virgen también nació Zoroastro o Zaratustra”...

Las semejanzas siguen describiéndose en unas cuantas páginas más, con suficiente erudición como para que no sea fácil negar la veracidad de la información suministrada.


En cuanto a las diferencias del cristianismo con el sionismo y el islamismo, podemos señalar que, por una parte, jamás ha practicado la ablación del prepucio (o circuncisión), aunque practicó gustoso la quema de brujas para consolidar el poder de la iglesia.  Por otra, ya superó las épocas del fanatismo hirsuto que lo llevó a considerarse con derecho para asesinar musulmanes a fin de recuperar las tierras santas de Jerusalén; o indígenas herejes condenados a convertirse a la religión verdadera “fuera de la cual no habría salvación”, lo cual les costó sus vidas a los más reacios, y sus tesoros minerales y culturales, tanto como su libertad, a los más ingenuos, crédulos o cobardes.


Presente aterrador

Actualmente, la desmesura sionista ha alcanzado su mayor alarde fundada en que  controla a USA tanto como a las agencias internacionales (ONU, OTAN, BM, FMI, BCE, OCDE, OMC, OMS, etc.), lo cual le otorga gran poder político y económico.  Ambos los refuerza con el poderío militar de su gran colonia americana tanto como con los arsenales -que incluyen bombas atómicas no autorizadas por la AIEA- disponibles en Israel y que está afanado por usar contra Irán.

Pero la imposición del Nuevo Orden Mundial que le permitiría exterminar a las mayorías y destruir impunemente la biosfera, el sionismo la basa, sobre todo, en su monopolio financiero mundial.  Éste se remonta en la Historia y le ha servido para mantenerse al lado de los poderosos quienes, no obstante, aunque los utilizaron, no dejaron de perseguir a los judíos ni de asesinarlos, como lo hacían los odiados (pero ya castigados y ejecutados) zares rusos. Éstos fueron despojados de su poder por los bolcheviques, financiados por los banqueros sionistas y apoyados en los ingenuos proletarios anhelantes de revolución.

En la actualidad, mediante su preeminencia de banqueros, los judíos Rotschild han llegado a dominar el Mundo en nombre del sionismo (aunque lo oculten), tras ingentes y admirables campañas históricas por sobrevivir en medio de sus enemigos, hasta alcanzar el poder suficiente para vencerlos a todos.  Al efecto, confían en que fanatizándolos lograrán que éstos (cristianos y musulmanes, sobre todo) se maten mutuamente sin que los sionistas sufran demasiado.  Al menos, su astucia les ha funcionado hasta ahora.  Y triunfarán si no los detenemos y castigamos antes de que sea imposible reaccionar.


Futuro en vilo
Por fortuna, el dinero es una convención social que los pueblos pueden cambiar a su capricho, sin mayores traumatismos, quitándoles su poder, tan desmesurado como artificial o convencional, a los potentados.

Basta una decisión elemental, altamente positiva para el funcionamiento fluido de la actividad económica real tanto como idónea para establecer la igualdad social porque el nuevo dinero, equitativamente distribuido entre todos los consumidores, carecerá de connotaciones de riqueza y poder pero conservará su función de aceite del mercado; esto es, de equivalente universal apto para adquirir lo que cada uno desee. 

Al contrario de la deleznable economía formal o monetaria, la verdaderamente  indispensable es la que reúne a la gente que produce y consume bienes y servicios útiles, no meramente convencionales.  Esto es, la economía real.

Con su trabajo y el alto desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado por la Humanidad, ésta es capaz de satisfacer las necesidades de consumo para toda la población mundial, ahora condenada a la miseria por el 1% que controla, mediante convenciones ya intolerables, las finanzas mundiales en todos los países, excepto en cinco (Irán, Corea del Norte, Sudán, Cuba y Libia). 

Semejante monopolio social del dinero, las finanzas y el crédito, tan abusivo, les permite a los banqueros sabotear la producción de bienes y servicios aunque los productores estén en condiciones de adelantarla.  Lamentablemente se los impiden las supersticiones impuestas por las sociedades jerárquicas al servicio de los potentados y defendidas por los gobernantes cipayos que les han cedido el monopolio financiero.  Esto es, el manejo arbitrario del dinero, que es tan indispensable en las sociedades mercantiles y debería estar disponible para todos los ciudadanos a fin de que la economía fluya y crezca sin obstáculos artificiales.

Por eso estamos obligados a derrotar a estas élites, sobre todo para conseguir la justicia social facilitada por el alto nivel de las fuerzas productivas desarrolladas por el capitalismo, aunque con serias y nocivas distorsiones -introducidas por los propietarios privados de los medios de producción, ansiosos de ganancias rápidas y elevadas- que debemos corregir urgentemente.

En contraste, quienes posan de amos del Mundo se reservan el monopolio de los servicios y productos financieros, que son meras convenciones sociales carentes de valor en sí mismas, de modo que es bastante fácil remplazarlas por otras más adecuadas para el manejo acertado de la economía en beneficio de todos. 

Los tradicionales monopolizadores del dinero prestan y ofrecen su convencional y deleznable aporte a través de las instituciones financieras, incluidas las bolsas de valores que convierten la economía en un casino, de modo que estamos obligados a remplazarlas con instituciones idóneas definidas por los pueblos y puestas al servicio de todos.

Retornando a la economía real, corresponde reconocer que ese “progreso” deformado y nocivo de las fuerzas productivas se ha alcanzado a costa de la Vida y la Naturaleza debido a que se basa en el lucro individual de unos cuantos privilegiados que, actualmente, están desbocados en su propósito de arrasar con todo. 

Su ambición los ha llevado a convertir el Mundo en un basurero porque no les interesa satisfacer necesidades de consumo auténticas sino imponer un consumismo irresponsable que les permita vender más para aumentar desmesuradamente sus ganancias. 

Con tales fines han llegado al extremo de que los empaques -convertidos por los usanos, desde que optaron por el consumismo tras la segunda guerra mundial, en el polo de atracción del consumidor incauto- cuestan mucho más que los contenidos. Pero unos y otros están destinados a ser desechados lo más rápido posible, para ser remplazados por similares embelecos. Tal derroche enfermizo es estimulado por los medios de comunicación. Mediante él se generan obsesiones fantásticas que no puede resistir el consumidor indefenso, sometido al bombardeo incesante, perverso y maquiavélico de la publicidad.

En vez de poner la economía al servicio de las necesidades humanas auténticas, se estimula el consumo irracional y enfermizo para quienes disponen de capacidad de compra.  Mientras tanto, los millones que no la poseen mueren de hambre, en medio de una miseria que pisotea la dignidad humana por disposición de unos potentados viles que han monopolizado el poder y la riqueza mediante maniobras especulativas y crímenes desmesurados.

Entre sus canalladas conocidas figuran las invasiones a países (Palestina, Afganistán e Irak son sus víctimas más sonadas en lo que va de siglo); la destrucción acelerada y continua del medio ambiente; y la instigación de guerras mundiales, como esta tercera que está en curso y que pronto será inminente -una vez se dé el primer ataque genocida de amplio espectro- si no reaccionamos de una vez por todas, con claridad y contundencia, en todo el Mundo, para evitarla.

Si se desata, sin duda constituirá el Armagedón con el que sueñan los sionistas desde que Abraham resolvió apoderarse de las tierras de los buenos y cordiales palestinos, que tan bien lo recibieron junto a su esposa y su sobrino cuando salieron de Haran con la intención de arrebatarles sus tierras a sus amables anfitriones. Parece que otro motivo más pedestre para el despojo de las tierras ajenas en que vienen empeñados los sionistas desde entonces, es que el par de personajes (Abraham y Lot) no podían regresar a Ur de Caldea, de donde los había sacado antes Taré, el padre de Abraham, con sus mujeres, sin que se sepa la causa.

No se trata de ninguna calumnia.  Afortunadamente, la Biblia es un libro suficientemente conocido, de modo que cualquiera puede enterarse de las proezas de estos loquitos de dios, usureros de siempre, y enemigos de todos, que, ahora, cuentan con la concentración de poder y de riqueza suficientes para sentirse capaces de controlar el Mundo e imponerles sus delirios a los demás.

Mientras insisten en exterminar a la mayoría de la población, pretenden establecer una homogeneidad antinatural (el consumismo hirsuto de los usanos) que niega la inmensa diversidad propia de la Vida y la Naturaleza, destruyendo la identidad cultural de los pueblos, como lo vemos en la milenaria China, ahora “comunista”.

Los sionistas -contra cualquier evidencia científica o racional o histórica o antropológica o hasta teológica- siguen convencidos de que, efectivamente, son los elegidos de dios, y de que el Universo fue creado para que hiciesen con él y con sus contenidos lo que se les ocurriese; en particular, sacrificar criaturas para satisfacer el placer que siente Yahvé con el olor a carne asada.

En síntesis, el desafío es definitivo. Consiste en extinguir la Vida mediante la precipitación del Fin del Mundo, o en superar la Historia para construir la sociedad horizontal o plana, respetuosa de todos, que podemos denominar Sociedad Democrática Global. 

No hay dudas de que el reto -planteado por el 1% contra el 99%- está en proceso y progresando.  Tampoco la hay de que nos incumbe a todos enfrentarlo para que existan posibilidades de vencer mediante la participación consciente de las mayorías dignas y lúcidas.  De lo contrario, los enemigos comunes se saldrán con la suya, de modo que la nuestra será una especie fallida e irredimible, a pesar del sacrificio de Jesús, el Nazareno.

Cada uno tiene que resolver qué posición toma, pues el tiempo se agota y necesitamos ser suficientes para vencer. Estamos obligados a alcanzar la masa crítica necesaria para aplastar a los enemigos comunes.

El dilema, conviene repetirlo, es: o el Fin del Mundo causado por el Nuevo Orden Mundial Perverso, o la Sociedad Democrática Global defensora de la diversidad, de la Naturaleza, de la Vida y de su dignidad en un futuro luminoso construido por todos 

Podemos ponernos a orar para no ir al Infierno con las mayorías pecadoras, o a denunciar, combatir y vencer a quienes nos inducen al pecado y nos llevan hacia el matadero mundial, que sería el verdadero Infierno para todos. 

Sin duda, es un reto para cada persona resuelta a ejercer como tal.  O sea, depende de ti aunque te escudes en cualquier cosa para negarlo. La conciencia no admite esos engaños que destrozan la salud mental de quienes los consideran dogmas de fe de modo que se resignan a esperar sumisamente lo que nos han decretado los enemigos comunes: el exterminio.