Cualquier cosa que aquí leas no contiene ni con mucho el significado de los hechos y los sentimientos expresados por Vittorio Arrigoni, testigo, y su libro un testimonio en forma de crónica sobre la guerra que llevó a cabo el ejército sionazista contra el pueblo de Gaza durante 22 días, desde el 27 de diciembre de 2008 al 17-18 de enero de 2009. Antes el ejército sionazi había sido derrotado en Líbano, y había preparado la venganza en una ciudad construida ex profeso, en el desierto, a semejanza de la ciudad árabe a la que iban a masacrar en ese final de año y durante esos días de enero antes señalados.
Con la frase “Seguimos siendo humanos”, Vittorio Arrigoni, periodista de Il Manifesto que había elegido quedarse con el pueblo de Gaza, firmaba sus artículos donde denunciaba ante el mundo los bombardeos diarios, la destrucción de los tanques, la recogida de muertos, heridos, huérfanos, bajo los escombros y los ametrallamientos sionazis a quienes acudían a socorrer a las víctimas.
El Estado terrorista sionazi de Israel, teocrático, racista, colonialista, incumplidor por su esencia del Derecho Internacional, promotor del terrorismo, llevaba a cabo su acción bajo una gran capa prestada, de frases cínicas y ocultaciones, por el resto de Estados que hacen negocio ocultos tras sus espaldas. Como escribe Ilan Pappé “… Son mentiras absolutas, transmitidas con un lenguaje nuevo pero que recuerda a los días oscuros de la década de 1930 en Europa, en la radio y en la televisión cada media hora un boletín de noticias calificaba a las víctimas de Gaza de terroristas, y su matanza…como un acto de autodefensa”.
La persecución sobre los palestinos que viven en los territorios bajo la ocupación sionazi fue general, a los que protestaron por los crímenes que estaban llevando a cabo en Gaza los situaron al borde de la expulsión de su propia tierra, humillaron y maltrataron a los enfermos hospitalizados, presentaron en todas partes a los palestinos como seres infrahumanos, se dijeron a sí mismos por todos los medios a su disposición ser de una raza y una condición superior, el pueblo elegido por Dios. Con su comportamiento se definían ellos solos.
Vittorio Arrigoni, escudo humano voluntario en las ambulancias que recorrían Gaza intentando salvar las vidas de cuantos palestinos necesitasen ayuda, da cifras, el primer día de bombardeos fueron 210 muertos, los heridos no se pueden ni contar, declara, ríos de sangre, entre las personas asesinadas muchos amigos como Sara “Una persona dulce, un alma luminosa, había salido a comprar pan para su familia”.
El primer día de bombardeos los sionazis fueron a por hospitales, clínicas, almacenes de medicinas, la universidad, las mezquitas, las escuelas, y decenas de otras construcciones civiles, su afán estaba en dejar sin identidad a la población.
Gaza es un territorio de apenas 40 kilómetros de largo por 14 de ancho en la mayor de las distancias. Un dato concreto: el campo de refugiados de Shati recoge a 80.000 personas, y tiene un solo kilómetros cuadrado de extensión. Gaza es el territorio con más población por kilómetro cuadrado del mundo, en total hay un millón y medio de personas. Crímenes de Lesa Humanidad?: los sionazis los cometen en todas sus acepciones.
Algún dato más: de Gaza no se puede entrar ni salir más que por tres pasos, dos de ellos controlados por los sionazistas (paso de Erez y paso de Karmi) y el tercero (Rafa) por el gobierno colaboracionista de Egipto.
29 de diciembre de 2008. El espacio aéreo y marítimo de Gaza queda bajo dominio sionazi, de modo que no hay por donde entrar, salir o mirar sin tener enfrente al ejército de ocupación. El mismo ejército que llamaba por teléfono a los directores de los hospitales para que el personal abandonase el centro y a los heridos, amenazando con matarlos a ellos también, y los sionazis así lo hicieron.
Los muertos y los heridos se iban sumando en una vertical de terror y el barco de ayuda enviado por el Free Gaza Moviment, organización solidaria, era detenido por 11 buques de guerra sionazistas a 90 millas, en aguas internacionales, otra ilegalidad internacional como inhumano-fascista el silencio de los gobiernos y las agencias de noticias.
30 de diciembre de 2008. Bombardeadas instalaciones hidráulicas y centrales eléctricas. 20 niños muertos y 35 gravemente heridos.
1 de enero de 2009. Continúan los bombardeos. Ya van más de 250 civiles muertos, han acabado con todos los medios de subsistencia, más del 80% de la población tienen que vivir de la ayuda humanitaria.
Han bombardeado ambulancias que acudían a socorrer a las víctimas, médicos y enfermeros han resultado asesinados. Arrigoni con varios miembros de una organización solidaria deciden viajar en las ambulancias y lo dan a conocer en una rueda de prensa para que los sionazis sepan que en ellas van solidarios con Gaza como protección. ….
Los pequeños barcos de pesca han sido bombardeados, los bomberos que acuden a apagar los incendios son ametrallados desde los F16. Los sionazis dejan salir a los extranjeros buscando con ello que no haya testigos, y no permiten la entrada de ayuda de ningún tipo, solo quedan los miembros de la organización solidaria ISM. Arrigoni forma parte de ella. Ya van 445 muertos, más de 2.300 heridos, decenas de desaparecidos, y niños, niños, niños,…Siguen disparando contra las ambulancias. Un helicóptero Apache ha disparado un misil contra una y han muerto 2 médicos y han dejado varios heridos.
Y pasa un día tras otro el pueblo de Gaza bajo las bombas.
“La mezquita de Ibrahim Maqadme, acaba de derrumbarse bajo las bombas: es la décima en una semana. 11 víctimas mortales por ahora, unos 50 heridos. … todavía una lluvia de bombas más sobre Jabalia y, finalmente, han entrado. Las orugas de los tanques que desde hace días estaban parados en la frontera, han entrado en una zona al noroeste de Gaza y están arrasando las casas, metro a metro. Enterrando el pasado y el futuro, familias enteras, una población que, expulsada de sus legítimas tierras en 1948, no había encontrado más refugio que una chabola en un campo de refugiados. … La mayoría no ha encontrado ningún lugar adonde huir. Harán frente a las orugas hambrientas de sus vidas con la única arma de la que disponen, la dignidad de saber morir con la cabeza alta.
Mis compañeros y yo somos conscientes de los enormes riesgos a los que estamos expuestos, esta noche más que nunca: pero lo cierto es que estamos más cómodos aquí, en el centro del infierno de Gaza, de lo que estaríamos nunca en los paraísos metropolitanos europeos o americanos, donde la gente celebra el año nuevo y no entiende hasta qué punto es realmente cómplice de todas estas muertes de civiles inocentes.
Seguimos siendo humanos”.
Los barcos que siguieron intentando llevar medicinas y alimentos a Gaza fueron detenidos a 100 millas de la costa, en aguas internacionales. Solo el gobierno de Venezuela expulsó al embajador israelí y rompió las relaciones diplomáticas, mientras, los aviones de combate de Israel bombardean los orfanatos abarrotados, para que nos hagamos una idea el de la asociación Dar al-Fadila acogía a 500 niños. El jefe de la ONU en Gaza, Jonh Ging, Ilan Pappé, Nahomi Klein, y otros tantos judíos conocidos en el mundo alzaban la voz contra el sionazismo y sus crímenes, pero los asesinos no descansaban. En web estadounidense Arrigoni encontró el siguiente documento del ejército sionazista: “AVISO A LOS MILITARES DE LAS FUERZAS DE DEFENSA DE ISRAEL PARA ATACAR AL ISM ( se da un teléfono al que deben llamar) OBJETIVO Nº 1 PARA LAS FUERZAS AÉREAS ISRAELÍAS Y TROPAS TERRESTRES DE LAS FUERZAS DE DEFENSA ISRAELÍ INVITACIÓN AL ASESINATO DE VITTORIO ARRIGONI (fotografía de Arrigoni debajo) QUE ACTUALMENTE AYUDA A HAMAS EN GAZA”. Arrigoni, el periodista solidario, había hecho blanco en el corazón del sionazismo con sus crónicas a Il Manifesto, había despertado a las buenas gentes del mundo había despertado las conciencias y los sionazis tenían prisa por asesinarlo.
La frase “Seguimos siendo humanos” con que firmaba cada una de sus crónicas bajo las bombas era una afrenta cada vez mayor a los asesinos de gentes indefensas, pobres hasta no disponer ni de agua ni de luz ni de los alimentos más básicos, asesinos de niños, de gentes que hacían desaparecer después de haberlos hecho presos, invasores que destruían campos labrados y sembrados, que destruían fuentes de riego, casas, escuelas, hospitales, que ocupaban, ocupan, las casas palestinas y retienen como en una celda a los habitantes que no han podido huir, ancianos y enfermos retenidos sin que pudiesen asomarse a ver, sin que pudiesen hacer sus necesidades en ningún lugar más que donde estaban recluidos, a los que no les daban ni sus medicamentos, ni agua, ni comida más que las sobras de los ocupantes sionazis, y bajo la amenaza de las armas en la nuca les hacían decir barbaridades contra ellos mismos o los insultaban y maltrataban si se disponían a rezar.
Como escribe Vittorio Arrigoni: “Poned este libro a buen recaudo, cerca del alcance de los niños, de modo que puedan saber cuanto antes de un mundo, algo lejano para ellos, donde la indiferencia y el racismo despedazan a sus compañeros como si fueran muñecos de trapo. De manera que puedan vacunarse, en edad temprana, contra esta epidemia de violencia hacia los diferentes y de indolencia hacia la injusticia. Para mañana poder seguir siendo humanos. Seguimos siendo humanos”.
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