Un Grano de Maiz....
Inmediatamente después de conocidos los resultados de las elecciones parlamentarias comienza el próximo salto, la batalla no cesa. Es propio de revolucionarios dar el combate y al mismo tiempo prepararse para los combates venideros, preverlos, anticiparlos.
De la correcta comprensión del nuevo paisaje político dependerá el éxito, y esa clara comprensión sólo puede surgir de una discusión abierta y amplia entre los revolucionarios. Comencemos.
Sean cuales sean los resultados del 26 de septiembre, la confrontación se planteará entre el Socialismo, y el capitalismo en todas sus variantes. Esa será sin dudas, la principal tensión social.
¿Cuáles serán los pilares del campo Revolucionario en esa nueva etapa de la confrontación?
Sean cuales sean los resultados, el liderazgo del Comandante Chávez debe preservarse y fortalecerse. Esa es la primera condición para seguir avanzando, nada debe mermar esa conducción.
Sean cuales sean los resultados la idea del Socialismo debe fortalecerse, delinearse, apropiarse del alma y de la acción popular. El combate contra el capitalismo y por la construcción del Socialismo sólo será exitoso si tiene como piso una teoría vigorosa.
Hay que defender el Socialismo, en primer lugar, de los ataques de la franquicia gringa que estará enquistada en el parlamento. Esto exigirá un gran esfuerzo intelectual a los diputados revolucionarios, allí tendrán que entablar batalla con los diputados enemigos del pueblo que serán asesorados desde el norte.
Los gringos usarán al parlamento como apoyo para construir su plan de derrocamiento de la Revolución. En ese empeño se valdrán de todas sus armas, pondrán al servicio de esa causa a sus tanques pensantes y a los intelectuales lacayos de todo el planeta. Esa contienda será ante todo una gran batalla ideológica.
También en primer lugar debemos defender el Socialismo de extravíos teóricos, de la tentación de paralizarse en su construcción, del engaño de tomar como metas estratégicas las fintas tácticas, propias de las circunstancias de otros procesos revolucionarios y desechar sus enseñanzas esenciales. Esa será también una gran batalla ideológica.
El próximo salto debe ser de la construcción sólida de un tejido social, de una economía y de una organización política que restituya el sentido de pertenencia a la sociedad, que sea territorio de la formación del Hombre Nuevo, de la sociedad nueva. Las formas aisladas, egoístas, deben ser sustituidas, agrupadas en ese tejido. Esa es la manera de darles visión de sociedad, que es el pilar fundamental del Socialismo.
Todo lo anterior tendrá sentido si es dirigido a la formación de una Conciencia del Deber Social, esta es la columna más importante de la Revolución, la única que permitirá resistir los ataques y las seducciones del espíritu y de la acción capitalistas.
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