lunes, 6 de septiembre de 2010

Colombia es pasión y genocidio: S.O.S. en capítulos



1. Colombia es pasión 

La oligarquía colombiana busca tapar sus crímenes; para ello implementa cizaña contra Venezuela y presenta de Colombia una realidad virtual. Adelanta una campaña mediática que mezcla atractivos turísticos (incluyendo la promoción de la sexualidad femenina), atractivos de “seguridad en las inversiones”, y una cínica utilización de folclorismo que adorna el tarjetón promocional: que si un acordeón por aquí, que si una maraca por allá, que si una vendedora de frutas por aquí, que si unos bailarines de Cumbia por allá. Toda la magnífica cultura que ha persistido a masacres y deportaciones, como forma trascendente de gritar resistencia, esa cultura afro descendiente, indígena, mestiza, popular, que siempre ha sido perseguida y deleznada por la oligarquía, hoy es tomada superficialmente por esa misma oligarquía para ser prostituida en la venta de Colombia. 

“Colombia es Pasión”, pregona la propaganda del régimen colombiano… y ¡Colombia es Pasión! Grita con desespero la clase media cada día más empobrecida, dirigida a aferrarse a valores patrioteristas, mientras olvidan por un instante el infierno que viven, alzando hacia el manipulador de turno (una estrella Pop mercenaria del régimen, o un politiquero disfrazado con traje típico) sus manos ávidas de algún sedante para la angustia. Las manos están adornadas con pulseritas tricolor: la bandera amarrada a las muñecas, grillete cínico que les impide ver su propia realidad… lo propio del fascismo. 

Y sin embargo, pese a que la frase “Colombia es Pasión” sintetiza todo el despliegue de manipulación y chantaje emocional promovido por la oligarquía para tapar sus crímenes, debemos reconocer que sí, que: “Colombia es Pasión”… Claro está, al igual que pasa con la palabra “Paz” la definición de “Pasión” varía según quién la usa… 

Colombia es Pasión porque sólo la pasión puede explicar que el pueblo colombiano siga luchando por sobrevivir en medio de un genocidio perpetrado desde hace lustros por las cúpulas del poder. Debe ser pura pasión por la vida la que mueve a millones de seres humanos a tratar de sobrevivir cuando son torturados, asesinados y desaparecidos en proporciones dantescas por el Terrorismo de Estado. Porque el Terrorismo en Colombia está sentado en las instituciones del Estado. Comenzando por el ejército y su extensión: la herramienta paramilitar. 

2. Colombia es oscurantismo 

El Estado colombiano persigue, encarcela y declara “objetivo militar” a todo aquel que ose adelantar un pensamiento crítico en Colombia. Es la era del oscurantismo. Colombia es el país más peligroso del mundo para ejercer el sindicalismo. Los maestros, estudiantes, periodistas, sociólogos, líderes agrarios, ambientalistas, abundan en las cárceles y en las listas de desaparecidos. 

Con la estigmatización del pensamiento crítico el régimen colombiano mantiene encarcelados a 7.500 presos políticos.

3. Colombia es récord en desaparición forzada 

Las listas de desaparecidos engrosan cada día más: sólo en los últimos 3 años se han registrado 38.255 desapariciones forzadas . La “democracia” genocida de Colombia ha superado, con creces, la escalofriante cantidad de desaparecidos por la dictadura Argentina. El crimen de Estado de la desaparición forzada en Colombia ha rebasado todo lo imaginable; y el mundo no se moviliza intensivamente en solidaridad con el torturado pueblo colombiano… La desaparición forzada es un crimen de Estado que busca acallar al desaparecido a la vez que busca inyectar angustia y terror en los sobrevivientes: persigue la parálisis de la reivindicación social. Es un crimen que afecta al desaparecido (torturado y asesinado) y que afecta a los familiares y a la sociedad en su conjunto, que son privados de un ser humano y de sus ideas. A la sociedad se le manda un mensaje que persiste en el tiempo: “todo aquel que piense, que reivindique será castigado”.
 
4. Colombia y los hornos crematorios del Terrorismo de Estado 

La desaparición forzada cumple una triple funcionalidad: acallar al que reclama justicia social, enviarle un mensaje imperecedero a la sociedad, y reducir las cifras de asesinatos. En Colombia varios jefes Paramilitares han confesado cómo desde los altos mandos militares y políticos era enviada la orden que desaparecieran “de cualquier manera” a las víctimas para no dejar rastros y evitar que las cifras de homicidios crecieran de manera desproporcionada en las zonas urbanas. Varios miembros de la Estrategia paramilitar han confesado que implementaron la utilización de criaderos de caimanes y de hornos crematorios en los que quemaban a las víctimas, a veces vivas: “(…) Lo echaron vivo ahí (…) El horno lo manejaba un señor que le decían ‘funeraria’, creo que se llama Ricardo; dos señores le hacían mantenimiento a las parrillas y a las chimeneas, porque se tapaban con grasa humana” . Confesó un paramilitar . 

5. Colombia es la monstruosidad de los “falsos positivos 

Los falsos positivos son asesinatos de niños y jóvenes por parte del ejército colombiano, para después mediatizar sus cadáveres como “guerrilleros dados de baja en combate”. La directiva presidencial 029 premia a los militares por cadáver presentado. Ya han sido reportados más de 5.000 casos. 

6. En Colombia el pensamiento y la empatía son declarados “peligrosos terroristas” 

El pensar y el sentir empatía social han sido convertidos en un delito por el Estado colombiano. El repudiar la barbarie y la criminalidad instaladas en el gobierno de Colombia cuesta la vida, por eso muchos optan por la complicidad silenciosa. 

Repudiar la estrategia paramilitar del Estado, o repudiar la estrategia de desplazar a millones de personas mediante las masacres paramilitares y militares, o repudiar que el DAS haga explotar bombas y siembre “pruebas” contra opositores , es algo que se hace desde el pensamiento y el sentimiento… Repudiar la inyección del terror preconizada por los instructores USA, la tortura y la desaparición forzada de 250.000 (doscientos cincuenta mil) colombianos  , tortura y desaparición que a diario continúa, o repudiar las Bases militares USA, es algo que se hace por simple sentimiento humano. Y no por hacerlo, el que lo haga es de la guerrilla… La oligarquía usa la estigmatización por ella misma establecida para neutralizar el pensamiento crítico y la empatía social: neutraliza al que reivindica declarándolo “terrorista”. Pero los verdaderos terroristas, los que masacran poblados enteros, es decir los militares, los paramilitares, y los “formadores” estadounidenses, son premiados con parte de las tierras despojadas a los campesinos o con la gestión regional del narcotráfico, que regentan a nivel nacional la oligarquía colombiana y la CIA. Esta última regenta el narcotráfico a nivel internacional y usa los ingresos del narco para financiar sus operaciones encubiertas en todo el continente. 

7. La Colombia que quiere la oligarquía: barbarie y Status Quo 

Los oligarcas no quieren gente pensante. Quieren un país de narcos instalados en la presidencia , quieren que la CIA siga cosechando los dineros del Narco, mientras Colombia pone los muertos y es fumigada en la pantomima de la “lucha contra el narco” adelantada por… por… ¿los principales narcos?... Quieren un país de paramilitares enardecidos por las masacres  , el alcohol y la alienación ultra religiosa inyectada por una iglesia cómplice que los exculpa y los fanatiza llevándolos a asesinar no sólo a todo el que piense en la reivindicación social, sino incluso a todo aquél que se salga mínimamente de la normativa (asesinan atrozmente a homosexuales y lesbianas … Los oligarcas no quieren gente que piense: quieren un país dócil y atemorizado por miles de paramilitares que regentan prostíbulos de niñas y violan a las estudiantes rebeldes, o “rojas” o “guerrilleras”, como dicen ellos... Miles de paramilitares que fueron un día jóvenes del pueblo, y hoy son unos pequeños monstruos fascistas que descuartizan vivas a las personas, que las queman en hornos crematorios y las arrojan a sus criaderos de caimanes ; paramilitares henchidos de religión, machismo, anticomunismo, que depredan al pueblo colombiano, bajo la siniestra sonrisa de sus amos de la oligarquía, para quienes despejan el país de reivindicación social. 

La oligarquía reina en su feudo sobre millones de siervos merced a la ignorancia y la alienación inyectada por los mass-media que normalizan los valores depredadores e individualistas que imponen sus dueños. La normalización de toda una red de prejuicios y mecanismos de discriminación normaliza el clasismo que legitima la existencia de una élite por encima de los demás. En cada ser humano pisado y humillado debe cortarse de cuajo la inquietud ante la injusticia. En cambio, debe llevársele a defender a los que lo pisan; para ello le dan el mezquino “privilegio” de poder desahogarse con los que están más abajo en la pirámide. Sin duda este mecanismo perverso es el que explica la saña de las torturas paramilitares. 

8. Colombia es una Fosa Común que se acrecienta en medio de la pasividad internacional 

Ante este panorama de desigualdad y de empobrecimiento crítico, la reivindicación social es una necesidad, pero la respuesta del Estado y los grandes monopolios es incrementar el Terror a la par del empobrecimiento. Miles de cadáveres de opositores, campesinos, estudiantes, sindicalistas, líderes populares, están enterrados en fosas comunes por toda la geografía colombiana. Recientemente se descubrió en Colombia la mayor fosa común del continente americano, atroz descubrimiento que ha sido casi totalmente invisibilizado por los mass-media en Colombia y el mundo  . Contiene los restos de al menos 2.000 personas. Los pobladores de la región, alertados por las filtraciones putrefactas de los cadáveres a las aguas de beber, ya la habían denunciado en varias ocasiones, pero había sido en vano… pues la Fiscalía no procedía a investigar. Fue gracias a la perseverancia de los familiares de desaparecidos y a la visita de una delegación británica observadora de la situación de derechos humanos en Colombia, en diciembre de 2009, que se logró destapar este descomunal crimen perpetrado por los agentes militares de un Estado que les garantiza impunidad. Desde 2005 el Ejército había enterrado allí a miles de personas, sepultadas sin nombre. 

Las masacres han sido usadas por el Estado para paralizar la reivindicación social, y para lograr el desplazamiento masivo de poblaciones: de esta forma ha desplazado de sus tierras a más de 4,5 millones de personas , que han abandonado más de 10 millones de hectáreas . Tras los bombardeos y las masacres, las tierras son entregadas vacías de sus habitantes a la codicia de las multinacionales y terratenientes, que son co-financiadores del paramilitarismo.


9. Colombia es: aberrantes soldados que defienden a quien los pisa 

Los oligarcas quieren a los jóvenes del pueblo en su ejército de muerte, los enrolan cambiándoles sus vidas por una beca de estudio para uno de sus hermanos, por una promesa de ayuda a la vivienda, por la operación que les hace falta para salvar a un familiar… los enrolan a cambio de darles las migajas de lo que la misma oligarquía y las multinacionales, sus socias en la rapiña, le han robado al país. Los enrolan a cambio de darles algo de lo que son derechos básicos del ser humano: Salud, Vivienda, Educación… esos básicos que se han encargado de convertir en un privilegio inaccesible para las mayorías… a menos que acepten ser su carne de cañón… 

Enrolan a los muchachos por tandas de decenas de miles en el ejército, en una maquinaria de moler vidas, aceitada por la injusticia social… Los enrolan mediante el mecanismo del servicio militar obligatorio, al que difícilmente pueden sustraerse ya que sin la Libreta Militar no pueden graduarse, ni ser empleados; y a los que escapan los cazan mediante redadas en zonas urbanas y rurales. Luego los cooptan mediante el chantaje abyecto que se basa en sus necesidades económicas. Así, los jóvenes del pueblo, arrinconados por la necesidad, serán los soldados del ejército que protege a quienes excluyen a ese mismo pueblo de una vida digna. Soldados incongruentes al servicio del saqueo y del empobrecimiento en el ejército que viabiliza la penetración económica mediante las masacres: un ejército de barbarie que masacra poblados enteros para desposeer a los campesinos. La oligarquía no manda un solo hijo suyo a ser soldado de ese ejército absurdo de empobrecidos que protegen a los enriquecidos.

10. Colombia es un Saqueo bien custodiado. Montañas muertas y ríos envenenados 

Mientras los hijos de la oligarquía se quedan en sus clubes privados, en sus desfiles de alta costura, o se van a pasear por su amada Europa, los hijos del pueblo irán a proteger los oleoductos, las multinacionales, la red vial para que las multinacionales saquen toneladas de carbón, de oro, de níquel, de riquezas por las que no pagan sino irrisorios impuestos: se llevan las riquezas al extranjero, dejando montañas muertas, ríos envenenados, poblaciones masacradas… 

Los hijos del pueblo serán enrolados en el ejército para proteger las zonas francas, los cultivos industriales de palma aceitera que esquilman el suelo para producir combustible destinado a los vehículos del “primer mundo”, esos megacultivos que son el resultado del despojo de las tierras de subsistencia de millones de campesinos, afro-descendientes e indígenas. Los hijos del pueblo serán enrolados en un ejército que protege la evacuación de toneladas y toneladas de madera de Colombia, miles de árboles asesinados, ecosistemas destrozados, vidas quebradas, que flotan sobre la red fluvial y ruedan sobre la red vial del IIRSA… ¡Terrible ironía! El botín saqueado va custodiado por los saqueados… Así asegurado llega hasta los enormes barcos que aguardan con las mandíbulas abiertas a las fronteras del masacrado país… Esta aceitada maquinaria del saqueo, protegida por los propios saqueados, es la estafa magna de los saqueadores… Muchos hijos del pueblo morirán protegiendo todo el aberrante statu quo de injusticia social que los esclaviza. Los oligarcas en Colombia quieren su feudo para siempre, y quieren a todo el pueblo empobrecido hasta la médula mientras cuentan su fortuna amasada a través de masacres y ecocidios…


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