El histórico líder de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, ha fallecido este jueves a los 92 años tras una larga enfermedad.
Camacho llevaba ingresado en un hospital madrileño desde el pasado 26 de octubre, cuando entró gravemente enfermo. Su fallecimiento se ha producido a las 1,30 horas.
La capilla ardiente se instalará en la calle Lope de Vega, 40, en Madrid, desde las 10,00 horas de este viernes hasta las 11,30 horas del sábado.
Su féretro se trasladará a la Puerta de Alcalá, donde habrá un acto de despedidaa las 12,30 horas. Su entierro será a las 14,00 horas del sábado en el Cementerio Civil.
"El dirigente obrero y comunista"
La Comisión Ejecutiva de CCOO ha lamentado, en un comunicado, la muerte de su primer secretario general, del que asegura que "contribuyó decisivamente a que CCOO sea hoy el sindicato más fuerte del país".
"Ha muerto Marcelino Camacho. El dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado de los derechos de los trabajadores. Toda una vida dedicada a la causa de los más débiles, a la conquista de una sociedad más justa y solidaria", ha anunciado el sindicato.
CCOO ha recordado cómo tanto en la guerra, en el exilio, en la dictadura y en la libertad Camacho "siempre luchó al lado de los trabajadores" y por ello fue detenido varias veces y encarcelado durante varios años.
Destaca que Camacho contribuyó "decisivamente a transformar el primer sindicato del país". "Un sindicato que modernizó y transformó, a partir de una apuesta decidida y valiente por la autonomía sindical, autonomía que ya es la expresión de identidad más sólida de CCOO".
"Compromiso con la libertad"
Señala que "su compromiso con la libertad y el socialismo" le llevó a ingresar en el PCE, y "a protagonizar la lucha política y sindical con el mismo empeño y generosidad".
En 1985 formó parte del grupo que fundó IU, organización a la que perteneció hasta el final de sus días.
CCOO destaca que Marcelino Camacho era un hombre "abierto, firme, coherente y defensor de un sindicalismo de presión-negociación, que desde hace muchos años simboliza la estrategia del movimiento sindical".
"Marcelino Camacho estará siempre presente en el proyecto sindical de CCOO, en la reivindicación y en la propuesta, en la negociación y en la movilización. Nos ha dejado Marcelino Camacho, un hombre irrepetible", concluye.
14 años en prisión
Fue detenido el 24 de junio de 1972 en la reunión de la Coordinadora Estatal de CCOO y condenado a veinte años de prisión por dentro del conocido como sumario 1.001, juicio iniciado el día que mataron a Carrero Blanco, en diciembre de 1974.
Le fue rebajada esta sentencia por el Tribunal Supremo en febrero de 1975, a seis años, siendo puesto en libertad definitivamente en mayo de 1976. Así pues, pasó cerca de 14 años en las prisiones y campos de concentración.
Camacho fue elegido secretario general de CCOO en 1978 y un año antes diputado por Madrid del PCE, cargo que revalidó en 1979, si bien acabaría dimitiendo por discrepancias con su partido antes de romper con la disciplina de voto.
El carismático sindicalista dirigió CCOO hasta 1987. De aquellos años destaca la primera huelga general convocada al gobierno de Felipe González en 1985. Cuando abandonó la dirección del sindicato, con Antonio Gutiérrez como sucesor, Camacho fue nombrado presidente honorífico, pero dimitió en 1996 por el distanciamiento del sindicato con el PCE.
PCE y CCOO
Hasta la fecha, Camacho había militado en el PCE y había conservado el carnet nº1 de CCOO. Además, posee la Gran Cruz del Mérito Civil, concedida por el Jefe de Estado, el 25 de junio de 1983; la Orden Lázaro Peña de primera clase, concedida por el Consejo de Estado de la República de Cuba, el 6 de julio de 1984; la Medalla de Oro de la FDGB de la República Democrática Alemana, el 26 de enero de 1988 y, la Orden de Primera Clase de la República Popular Búlgara, concedida por el Consejo de Estado, en enero de 1988.
El 18 de noviembre de 1988 obtuvo también la Orden del Mérito Constitucional. El 12 de enero de 1989, fue nombrado profesor honorario por la Universidad Complutense de Madrid.
En marzo de 2008, sus compañeros le rindieron un homenaje en el Auditorio de CCOO, que hoy recibe su nombre, un emotivo acto que finalizó con miles de afiliados a CCOO cantando a coro La Internacional.
Camacho compartió la mayor parte de su vida con su esposa, Josefina Samper, con la que se casó en 1948 y tuvo dos hijos, pero, sobre todo, se dedicó por entero a la lucha obrera y por las libertades, algo que él mismo plasmó en sus memorias 'Confieso que he luchado', publicadas en 1990.
"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar"
Éste fue el famoso lema de Camacho, que refleja la lucha por las libertades y la democracia que mantuvo este sindicalista
La muerte de Marcelino Camacho supone la desaparición de uno de los mayores referentes de la lucha política y social que ha tenido la izquierda española, que pasó de ser preso político en el franquismo a líder de Comisiones Obreras durante la primera década de la democracia.
"Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar". Éste fue el famoso lema de Camacho, que refleja la lucha por las libertades y la democracia que mantuvo este sindicalista, reconocido también por su capacidad negociadora en los primeros acuerdos laborales de este periodo.
Un lema que él mismo recordó en su última intervención pública, en el multitudinario homenaje que se le rindió en noviembre de 2007 en el que recibió el reconocimiento unánime del Gobierno, la mayoría de los partidos y sindicatos y la patronal.
Tras aquel acto, el histórico líder sindical sólo asistió, ya sin discursos, a otros dos eventos públicos: otro homenaje organizado por el sindicato en Madrid en enero de 2008 y el IX Congreso de CCOO, celebrado en diciembre de 2008.
Un referente de la lucha política y social para la izquierda
Pasó de ser preso político en el franquismo a líder de Comisiones Obreras durante la primera década de la "democracia"
Nacido el 21 de enero de 1918 en Osma la Rasa (Soria) Marcelino Camacho Abad, hijo de un guarda agujas, se afilió al Partido Comunista de España (PCE) en 1935, cuando tenía 17 años, y durante la guerra civil combatió del lado republicano contra los insurgentes en los frentes del Centro y del Sur.
En marzo de 1939 fue detenido en Madrid y fue encarcelado en Toledo, de donde escapó para volver a ser apresado y encarcelado en la Prisión Provincial de Comendadoras.
En 1941 salió en libertad provisional y fue obligado a hacer el servicio militar, con trabajos forzados en la reconstrucción del Alcázar de Toledo y después destinado en Tánger.
En diciembre de 1943 se fugó al Marruecos francés y de allí a Argelia, en 1944. En Orán residió como refugiado político hasta 1957 y aprendió el oficio de fresador.
En el exilio continuó su actividad sindical dentro de la CGT francesa y la política con trabajos de propaganda del PCE.
Ingreso en CCOO En 1954 fue detenido y recluido en Argelia, aunque después fue puesto en libertad y fue expulsado de ese país, desde donde marchó a Francia, que también lo acabó expulsando.
Regresó a España en 1957, y comenzó a trabajar en los talleres de la empresa Perkins Hispania, en la que llegó a jefe de taller. También reanudó su labor sindical como enlace y vocal del jurado de empresa.
En 1964 fue elegido miembro de la Comisión Obrera Provincial del Metal -primera comisión obrera de Madrid- y en junio de 1966 fue de nuevo detenido cuando iba a entregar un pliego de firmas al Ministerio de Trabajo junto con otros compañeros.
Ingresó en la prisión de Carabanchel en marzo de 1967, y cinco años después, tras estar fuera tres meses, volvió a la cárcel tras ser acusado de formar parte de la Comisión Coordinadora General de Comisiones Obreras.
'Proceso 1.001'
El fiscal del conocido como 'Proceso 1.001' solicitó para todos los acusados un total de 162 años de cárcel y por esta causa Marcelino Camacho fue condenado a 20 años que el Tribunal Supremo redujo después a seis.
El 30 de diciembre de 1975 salió de prisión con motivo del indulto real por la proclamación de Juan Carlos I como Rey de España, aunque en marzo de 1976 fue de nuevo detenido acusado de pertenecer al Comité Ejecutivo de Coordinación Democrática y en junio fue multado por participar en una asamblea de delegados de CCOO en Madrid.
Ese mismo año fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del PCE y en 1977 responsable del Secretariado de la Coordinadora General de CCOO, durante la primera reunión de la Asamblea General del sindicato, celebrada en Barcelona.
Fue elegido diputado del PCE por Madrid en las elecciones constituyentes de 1977 y reelegido en las generales de marzo de 1979.
El 10 de febrero de 1981 dimitió como parlamentario en protesta por el Estatuto de los Trabajadores y para dedicarse a su labor sindical en CCOO.
Sustituido por Antonio Gutiérrez
En 1982 también presentó su dimisión como miembro de la Ejecutiva del PCE para, según él, "reforzar la independencia de Comisiones".
Continuó como secretario general hasta 1987, cuando fue sustituido en el cargo por Antonio Gutiérrez.
Luego pasó a ocupar la presidencia del sindicato, en la que se mantuvo hasta el 19 de enero de 1996.
Desde entonces, participó en numerosas manifestaciones y actos de protesta contra la reforma del Pacto de Toledo, a favor de la jornada de 35 horas o contra la Guerra de Irak, entre otras, y recibió varios homenajes.
A lo largo de su vida Marcelino Camacho recibió numerosos reconocimientos, desde el otorgado por el Consejo de Estado de la República de Cuba o la Medalla de Oro de los sindicatos de la antigua República Democrática Alemana. En España recibió la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y el premio de la Fundación Abogados de Atocha, entre otros.
Autor de tres libros -"Charlas en prisión", "España, una conquista de la democracia", y el autobiográfico "Confieso que he luchado"- su trayectoria sindical y humana ha sido recogida en la biografía "Marcelino Camacho y Josefina. Coherencia y Honradez de un líder", escrita por el filósofo Alfredo Gómez.