“De qué vale la vida si cuando se tiene parece muerta. La vida es para sentirla,
para vibrar, para combatir. Eso es lo que justifica nuestro paso por la tierra”
para vibrar, para combatir. Eso es lo que justifica nuestro paso por la tierra”
Jaime Pardo Leal
Hace veintitrés años, el 11 de octubre de 1987, fue asesinado uno de los más valiosos pensadores y líderes políticos colombianos del siglo XX, dirigente del Partido Comunista Colombiano y candidato a la Presidencia de la República por la Unión Patriótica (UP) el camarada Jaime Pardo Leal (Ubaqué 1941-La Mesa, Cundinamarca, 1987) quien además de haber sido Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá desde el año 1979, ejerció con reconocida idoneidad profesional y estatura ética como docente universitario y como dirigente sindical.
Jaime Pardo Leal es unánimemente recordado por los militantes del Partido Comunista y de la UP, por sus alumnos, por sus colegas juristas y docentes, por sus amigos y conocidos, como un extraordinario ser humano, de una sensibilidad exquisita, dotado de una gran inteligencia y vasta cultura; con un temple, tenacidad y capacidad de liderazgo innatos, pero además son históricas sus estruendosas carcajadas y un singular sentido del humor que le permitía llenar los espacios de vitalidad y frescura para alentar la lucha de sus compañeros en los mas fragorosos momentos de la lucha política. Su ejemplar conciencia de clase, su humildad y generosidad son proverbiales. Así mismo, descuella por su excepcional capacidad de trabajo, nutrida desde la infancia al asimilar la dura lucha de sus padres campesinos en Ubaqué (Cundinamarca) para lograr el sustento de su familia; circunstancia que fomentó una actitud de vida basada en la entrega, en el sacrificio; por lo que desde muy joven se esforzará ferozmente por alcanzar sus sueños y así fue como tempranamente destacó, siendo considerado en su generación, como uno de los mas brillantes oradores y “para muchos, entre ellos Luis Carlos Pérez (Rector de la Universidad Nacional) el mejor alumno de derecho penal en su facultad” (1) donde al mismo tiempo estudiaba Filosofía y Letras.
Graduado como doctor en derecho y ciencias políticas por la Universidad Nacional de Colombia, con su tesis “La Clase obrera ante el Derecho Social” alcanza la magistratura del Tribunal Superior de Bogotá en el año 1979, hasta el año 1985 en que la Corte Suprema de Justicia lo expulsa en represalia por su trabajo en la Asociación Nacional de Funcionarios y Empleados Judiciales de Colombia (Asonal Judicial) que había fundado en el año 1968 junto a 17 colegas y con la cual, bajo su liderazgo, lograron conquistar para los empleados de la Rama Judicial los derechos de asociación, de negociación y de huelga, alcanzando reivindicaciones por la dignidad laboral, llegando a constituir hoy por hoy, una de las organizaciones sindicales mas fuertes del movimiento sindical colombiano. También debemos resaltar su gran labor en la Federación Nacional de Trabajadores del Estado (Fenaltrase), que lo consideró también como su máximo líder.
Su gran carisma, dotes de estadista e impresionante capacidad oratoria –se le ha comparado con Jorge Eliécer Gaitán- logró consolidar la unidad de la militancia de la UP que sin contar dos años de creado el movimiento, alcanzó casi 400.000 votos en las elecciones presidenciales de 1986, la mas alta votación hasta entonces para la izquierda colombiana. Pero la oligarquía criolla y sus criminales estructuras paralelas empezaron a cobrarse con centenares de vidas el ascenso imparable del movimiento social y político popular que buscaba con tenacidad la paz con justicia social para el país; proyecto político que podría haber evitado todo el desangre de las últimas dos décadas y media y consolidado un verdadero Estado Social de Derecho en nuestra patria, con autodeterminación y soberanía. Hasta el día del asesinato de Pardo Leal ya se contabilizaban 447 asesinatos de militantes de la UP, y después serían junto a él, mas de cinco (5) mil compañeros asesinados, lo que configuraría el genocidio más aberrante de un partido político de las últimas décadas en Colombia y Latinoamérica.
Así como iniciamos este texto con la palabra de Jaime Pardo Leal, para despedirnos también honraremos su memoria -la de uno de los hijos más ilustres, honestos y amorosos de Colombia, así como uno de los revolucionarios más dignos y combativos de nuestra Historia reciente latinoamericana- con otra de sus memorables frases que condensa su gran entereza y nos ofrece la dimensión de su convicción política y humana de entrega sin límites a los demás, como el comunista íntegro que fue y que seguirá vivo por siempre en nuestra lucha, como el símbolo eterno de todos los héroes de la Unión Patriótica (UP) :
“Si la muerte me sorprende, no le tengo miedo; soy un hombre dialéctico. El día que me muera vendrán otros mejores a reemplazarme.”
Hasta siempre, entrañable camarada,
Mauricio Vidales
Graduado como doctor en derecho y ciencias políticas por la Universidad Nacional de Colombia, con su tesis “La Clase obrera ante el Derecho Social” alcanza la magistratura del Tribunal Superior de Bogotá en el año 1979, hasta el año 1985 en que la Corte Suprema de Justicia lo expulsa en represalia por su trabajo en la Asociación Nacional de Funcionarios y Empleados Judiciales de Colombia (Asonal Judicial) que había fundado en el año 1968 junto a 17 colegas y con la cual, bajo su liderazgo, lograron conquistar para los empleados de la Rama Judicial los derechos de asociación, de negociación y de huelga, alcanzando reivindicaciones por la dignidad laboral, llegando a constituir hoy por hoy, una de las organizaciones sindicales mas fuertes del movimiento sindical colombiano. También debemos resaltar su gran labor en la Federación Nacional de Trabajadores del Estado (Fenaltrase), que lo consideró también como su máximo líder.
Su gran carisma, dotes de estadista e impresionante capacidad oratoria –se le ha comparado con Jorge Eliécer Gaitán- logró consolidar la unidad de la militancia de la UP que sin contar dos años de creado el movimiento, alcanzó casi 400.000 votos en las elecciones presidenciales de 1986, la mas alta votación hasta entonces para la izquierda colombiana. Pero la oligarquía criolla y sus criminales estructuras paralelas empezaron a cobrarse con centenares de vidas el ascenso imparable del movimiento social y político popular que buscaba con tenacidad la paz con justicia social para el país; proyecto político que podría haber evitado todo el desangre de las últimas dos décadas y media y consolidado un verdadero Estado Social de Derecho en nuestra patria, con autodeterminación y soberanía. Hasta el día del asesinato de Pardo Leal ya se contabilizaban 447 asesinatos de militantes de la UP, y después serían junto a él, mas de cinco (5) mil compañeros asesinados, lo que configuraría el genocidio más aberrante de un partido político de las últimas décadas en Colombia y Latinoamérica.
Así como iniciamos este texto con la palabra de Jaime Pardo Leal, para despedirnos también honraremos su memoria -la de uno de los hijos más ilustres, honestos y amorosos de Colombia, así como uno de los revolucionarios más dignos y combativos de nuestra Historia reciente latinoamericana- con otra de sus memorables frases que condensa su gran entereza y nos ofrece la dimensión de su convicción política y humana de entrega sin límites a los demás, como el comunista íntegro que fue y que seguirá vivo por siempre en nuestra lucha, como el símbolo eterno de todos los héroes de la Unión Patriótica (UP) :
“Si la muerte me sorprende, no le tengo miedo; soy un hombre dialéctico. El día que me muera vendrán otros mejores a reemplazarme.”
Hasta siempre, entrañable camarada,
Mauricio Vidales
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